Si me quitaran totalmente todo si, por ejemplo, me quitaran el saludo de los pájaros, o de los buenos días del sol sobre la tierra me quedaría aún una palabra. Aún me quedaría una palabra donde apoyar la voz.
Si me quitaran las palabras o la lengua hablaría con el corazón en la mano, o con las manos en el corazón.
Si quitaran una pierna bailaría en un pie. Si me quitaran un ojo lloraría en uno ojo. Si me quitaran un brazo me quedaría el otro, para saludar a mis hermanos, para sembrar los surcos de la tierra, para escribir todas las playas del mundo, con tu nombre
Espero que te sirva :D El escritor se llama Alejandro Romualdo
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mariiciielo
POEMA EL HERMANO AUSENTE EN LA CENA PASCUAL- Abraham Valdelomar - La misma mesa antigua y holgada, de nogal, Y sobre ella la misma blancura del mantel Y los cuadros de caza de anónimo pincel Y la oscura alacena, todo, todo está igual…
Hay un sitio vacío en la mesa hacia el cual mi madre tiende a veces su mirada de miel y se musita el nombre del ausente; pero él hoy no vendrá a sentarse en la mesa pascual.
La misma criada pone, sin dejarse sentir, la suculenta vianda y el plácido manjar; pero no hay la alegría ni el afán de reir que animaran antaño la cena familiar;
y mi madre que acaso algo quiere decir, ve el lugar del ausente y se pone a llorar…
Si me quitaran totalmente todo
si, por ejemplo, me quitaran el saludo
de los pájaros, o de los buenos días
del sol sobre la tierra
me quedaría
aún
una palabra. Aún me quedaría una palabra
donde apoyar la voz.
Si me quitaran las palabras
o la lengua
hablaría con el corazón
en la mano,
o con las manos en el corazón.
Si quitaran una pierna
bailaría en un pie.
Si me quitaran un ojo
lloraría en uno ojo.
Si me quitaran un brazo
me quedaría el otro,
para saludar a mis hermanos,
para sembrar los surcos de la tierra,
para escribir todas las playas del mundo, con tu nombre
Espero que te sirva :D El escritor se llama Alejandro Romualdo
La misma mesa antigua y holgada, de nogal,
Y sobre ella la misma blancura del mantel
Y los cuadros de caza de anónimo pincel
Y la oscura alacena, todo, todo está igual…
Hay un sitio vacío en la mesa hacia el cual
mi madre tiende a veces su mirada de miel
y se musita el nombre del ausente;
pero él hoy no vendrá a sentarse en la mesa pascual.
La misma criada pone, sin dejarse sentir,
la suculenta vianda y el plácido manjar;
pero no hay la alegría ni el afán de reir
que animaran antaño la cena familiar;
y mi madre que acaso algo quiere decir,
ve el lugar del ausente y se pone a llorar…