Cuando Dios creó al niño, le dio un montón de virtudes, que lo convierte en querube, y también le dio defectos, por eso son tan traviesos, y de tan tercos te aburren.
Les dio la gracia del mono, y el empaque de una mula una sonrisa que anula, cualquier defecto posible, te sonríe y te derrites no hay opción para la lucha.
Al volver de la oficina todo está patas arriba, el colchón en la cocina, la pared hecha acuarela, de marrón y tinta negra, y el perro de color lila.
Te crispan todos los nervios a punto estás de estallar, cuando los vas a zurrar corren y te dan un beso, “Hola mamita te quiero” cómo les vas a pegar.
Cuando Dios creó al niño,
le dio un montón de virtudes,
que lo convierte en querube,
y también le dio defectos,
por eso son tan traviesos,
y de tan tercos te aburren.
Les dio la gracia del mono,
y el empaque de una mula
una sonrisa que anula,
cualquier defecto posible,
te sonríe y te derrites
no hay opción para la lucha.
Al volver de la oficina
todo está patas arriba,
el colchón en la cocina,
la pared hecha acuarela,
de marrón y tinta negra,
y el perro de color lila.
Te crispan todos los nervios
a punto estás de estallar,
cuando los vas a zurrar
corren y te dan un beso,
“Hola mamita te quiero”
cómo les vas a pegar.