Sí, porque lo que impulsa el alimento de la boca al estómago y de éste al intestino no es sólo la fuerza de la gravedad sino los movimientos peristálticos del aparato digestivo, una especie de ondas que se propagan alternando contracciones y dilataciones de las paredes.
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Respuesta:
Sí, porque lo que impulsa el alimento de la boca al estómago y de éste al intestino no es sólo la fuerza de la gravedad sino los movimientos peristálticos del aparato digestivo, una especie de ondas que se propagan alternando contracciones y dilataciones de las paredes.
Explicación:
coronita pliss :)