Los postulados de Koch originales fueron tres cuando se presentaron por primera vez en el Décimo Congreso Internacional de Medicina en Berlín. El cuarto fue añadido en posteriores revisiones:
1. Primer postulado
“El microorganismo debe poder ser encontrado en abundancia en todos los organismos que estén padeciendo la enfermedad, pero no debería encontrarse en los que estén sanos”.
Esto quiere decir que si se sospecha que un microbio es el agente causal de una enfermedad en particular, debería poderse encontrar en todos los organismos que estén sufriendo dicha enfermedad, mientras que los individuos sanos no deberían tenerlo.
Pese a que este postulado es fundamental dentro de la concepción bacteriológica de Koch, él mismo abandonó esta concepción universalista cuando vio casos que rompían esta regla: los portadores asintomáticos.
Las personas asintomáticas o que tienen síntomas muy leves son un fenómeno muy común en varias enfermedades infecciosas. Incluso el propio Koch observó que esto ocurría en enfermedades como el cólera o la fiebre tifoidea. También se da en enfermedades de origen vírico, como la polio, el herpes simple, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y la hepatitis C.
2. Segundo postulado
“El microorganismo debe poder ser extraído y aislado de un organismo enfermo y cultivarse en un cultivo puro”.
La aplicación experimental de los postulados de Koch empieza con este segundo enunciado, el cual viene a decir que si se tiene la sospecha de que un microbio causa una enfermedad, este debería poder ser aislado del individuo infectado y cultivarse por separado, por ejemplo, en un cultivo in vitro con condiciones controladas.
Este postulado también viene a estipular que el microorganismo patógeno no se da en otros contextos infecciosos, ni tampoco de forma fortuita. Es decir, no es aislado de pacientes que presentan otras enfermedades, en los cuales se puede encontrar como un parásito no patogénico.
Sin embargo, este postulado falla con respecto a los virus, los cuales, dado que son parásitos obligados, y teniendo en cuenta las técnicas de finales del siglo XIX, no era posible extraerlos para cultivarlos en condiciones controladas. Necesitan células en las que hospedarse.
3. Tercer postulado
“El microorganismo que se ha cultivado en un cultivo debería poder causar la enfermedad una vez introducido en un organismo sano”.
Es decir, de acuerdo con el modelo Koch-Henle, si una bacteria ha sido cultivada en un cultivo y se presenta en la cantidad y estadio de maduración apropiado como para causar una patología, al ser inoculada en un individuo sano debería causarle la enfermedad.
Al introducirlo en un individuo sano se deberían observar, con el paso del tiempo, los mismos síntomas que se presentan en los individuos enfermos de los que se extrajo el patógeno.
Este postulado, sin embargo, está formulado de forma en el que ese “debería” no es sinónimo de “siempre tendría que ser”. El propio Koch observó que en enfermedades como la tuberculosis o la cólera, no todos los organismos que eran expuestos al agente patógeno iban a causar la infección.
Hoy se sabe que el hecho de que un individuo con el patógeno no muestre la enfermedad puede ser debido a factores del individuo, tales como el tener una buena salud física, un sistema inmune sano, haber estado expuesto al agente previamente y haber desarrollado inmunidad ante él o, simplemente, haber sido vacunado.
4. Cuarto postulado
“El mismo patógeno debería poder ser re-aislado de individuos a quienes se les inoculó experimentalmente, y ser idéntico al patógeno extraído del primer individuo enfermo al que se le extrajo”.
Este último postulado fue añadido posteriormente al Congreso de Medicina de Berlín en el que Koch presentó los tres postulados anteriores. Fue añadido por otros investigadores, quienes lo consideraron relevante, y estipula, básicamente, que el patógeno que ha causado la enfermedad en otros individuos debería ser el mismo que ha causado en los primeros casos.
Respuesta:
Los postulados de Koch originales fueron tres cuando se presentaron por primera vez en el Décimo Congreso Internacional de Medicina en Berlín. El cuarto fue añadido en posteriores revisiones:
1. Primer postulado
“El microorganismo debe poder ser encontrado en abundancia en todos los organismos que estén padeciendo la enfermedad, pero no debería encontrarse en los que estén sanos”.
Esto quiere decir que si se sospecha que un microbio es el agente causal de una enfermedad en particular, debería poderse encontrar en todos los organismos que estén sufriendo dicha enfermedad, mientras que los individuos sanos no deberían tenerlo.
Pese a que este postulado es fundamental dentro de la concepción bacteriológica de Koch, él mismo abandonó esta concepción universalista cuando vio casos que rompían esta regla: los portadores asintomáticos.
Las personas asintomáticas o que tienen síntomas muy leves son un fenómeno muy común en varias enfermedades infecciosas. Incluso el propio Koch observó que esto ocurría en enfermedades como el cólera o la fiebre tifoidea. También se da en enfermedades de origen vírico, como la polio, el herpes simple, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y la hepatitis C.
2. Segundo postulado
“El microorganismo debe poder ser extraído y aislado de un organismo enfermo y cultivarse en un cultivo puro”.
La aplicación experimental de los postulados de Koch empieza con este segundo enunciado, el cual viene a decir que si se tiene la sospecha de que un microbio causa una enfermedad, este debería poder ser aislado del individuo infectado y cultivarse por separado, por ejemplo, en un cultivo in vitro con condiciones controladas.
Este postulado también viene a estipular que el microorganismo patógeno no se da en otros contextos infecciosos, ni tampoco de forma fortuita. Es decir, no es aislado de pacientes que presentan otras enfermedades, en los cuales se puede encontrar como un parásito no patogénico.
Sin embargo, este postulado falla con respecto a los virus, los cuales, dado que son parásitos obligados, y teniendo en cuenta las técnicas de finales del siglo XIX, no era posible extraerlos para cultivarlos en condiciones controladas. Necesitan células en las que hospedarse.
3. Tercer postulado
“El microorganismo que se ha cultivado en un cultivo debería poder causar la enfermedad una vez introducido en un organismo sano”.
Es decir, de acuerdo con el modelo Koch-Henle, si una bacteria ha sido cultivada en un cultivo y se presenta en la cantidad y estadio de maduración apropiado como para causar una patología, al ser inoculada en un individuo sano debería causarle la enfermedad.
Al introducirlo en un individuo sano se deberían observar, con el paso del tiempo, los mismos síntomas que se presentan en los individuos enfermos de los que se extrajo el patógeno.
Este postulado, sin embargo, está formulado de forma en el que ese “debería” no es sinónimo de “siempre tendría que ser”. El propio Koch observó que en enfermedades como la tuberculosis o la cólera, no todos los organismos que eran expuestos al agente patógeno iban a causar la infección.
Hoy se sabe que el hecho de que un individuo con el patógeno no muestre la enfermedad puede ser debido a factores del individuo, tales como el tener una buena salud física, un sistema inmune sano, haber estado expuesto al agente previamente y haber desarrollado inmunidad ante él o, simplemente, haber sido vacunado.
4. Cuarto postulado
“El mismo patógeno debería poder ser re-aislado de individuos a quienes se les inoculó experimentalmente, y ser idéntico al patógeno extraído del primer individuo enfermo al que se le extrajo”.
Este último postulado fue añadido posteriormente al Congreso de Medicina de Berlín en el que Koch presentó los tres postulados anteriores. Fue añadido por otros investigadores, quienes lo consideraron relevante, y estipula, básicamente, que el patógeno que ha causado la enfermedad en otros individuos debería ser el mismo que ha causado en los primeros casos.
Explicación: