1. Tiempo. Antes de emitir un comentario o de catalogar a una persona, debes tomarte el tiempo necesario para conocerla bien. Observa con cierta distancia y trata de no actuar impulsivamente, para que la otra persona pueda actuar libremente y desenvolverse con naturalidad. Si no le das la oportunidad, nunca sabrás si estabas en lo cierto con lo que pensabas.
2. Piensa antes de hablar. Debes tratar de evitar todas aquellas palabras que sean destructivas tanto para ti como para la otra persona. Tratar de pensar positivamente, mantenerte abierto ante la situación, para de este modo aceptar las diferencias y no juzgarlas.
3. Todo somos iguales. Nadie es mejor persona por vestirse, hablar o actuar de tal o cual manera. No caigas en el error de creer que tu estas capacitado para juzgar. Todos los seres humanos son diferentes. ¡Nunca lo olvides!
4. Sinceridad. No des por hecho algo basado en suposiciones. Si tienes algún tipo de duda en relación a ciertas situaciones, pregúntale directamente a la persona implicada. Sobre todo, si se trata de actitudes o reacciones. En ocasiones, lo que nosotros consideramos como un agravio, en realidad para la otra persona no lo es.
5. Todo está en tu cabeza. Los prejuicios existen en la mente de cada persona, por tanto, es ahí donde debes erradicarlos. Es una tarea que debes ir haciendo día a día.
1. Tiempo. Antes de emitir un comentario o de catalogar a una persona, debes tomarte el tiempo necesario para conocerla bien. Observa con cierta distancia y trata de no actuar impulsivamente, para que la otra persona pueda actuar libremente y desenvolverse con naturalidad. Si no le das la oportunidad, nunca sabrás si estabas en lo cierto con lo que pensabas.
2. Piensa antes de hablar. Debes tratar de evitar todas aquellas palabras que sean destructivas tanto para ti como para la otra persona. Tratar de pensar positivamente, mantenerte abierto ante la situación, para de este modo aceptar las diferencias y no juzgarlas.
3. Todo somos iguales. Nadie es mejor persona por vestirse, hablar o actuar de tal o cual manera. No caigas en el error de creer que tu estas capacitado para juzgar. Todos los seres humanos son diferentes. ¡Nunca lo olvides!
4. Sinceridad. No des por hecho algo basado en suposiciones. Si tienes algún tipo de duda en relación a ciertas situaciones, pregúntale directamente a la persona implicada. Sobre todo, si se trata de actitudes o reacciones. En ocasiones, lo que nosotros consideramos como un agravio, en realidad para la otra persona no lo es.
5. Todo está en tu cabeza. Los prejuicios existen en la mente de cada persona, por tanto, es ahí donde debes erradicarlos. Es una tarea que debes ir haciendo día a día.
1. Tiempo. Antes de emitir un comentario o de catalogar a una persona, debes tomarte el tiempo necesario para conocerla bien. Observa con cierta distancia y trata de no actuar impulsivamente, para que la otra persona pueda actuar libremente y desenvolverse con naturalidad. Si no le das la oportunidad, nunca sabrás si estabas en lo cierto con lo que pensabas.
2. Piensa antes de hablar. Debes tratar de evitar todas aquellas palabras que sean destructivas tanto para ti como para la otra persona. Tratar de pensar positivamente, mantenerte abierto ante la situación, para de este modo aceptar las diferencias y no juzgarlas.
3. Todo somos iguales. Nadie es mejor persona por vestirse, hablar o actuar de tal o cual manera. No caigas en el error de creer que tu estas capacitado para juzgar. Todos los seres humanos son diferentes. ¡Nunca lo olvides!
4. Sinceridad. No des por hecho algo basado en suposiciones. Si tienes algún tipo de duda en relación a ciertas situaciones, pregúntale directamente a la persona implicada. Sobre todo, si se trata de actitudes o reacciones. En ocasiones, lo que nosotros consideramos como un agravio, en realidad para la otra persona no lo es.
5. Todo está en tu cabeza. Los prejuicios existen en la mente de cada persona, por tanto, es ahí donde debes erradicarlos. Es una tarea que debes ir haciendo día a día.
1. Tiempo. Antes de emitir un comentario o de catalogar a una persona, debes tomarte el tiempo necesario para conocerla bien. Observa con cierta distancia y trata de no actuar impulsivamente, para que la otra persona pueda actuar libremente y desenvolverse con naturalidad. Si no le das la oportunidad, nunca sabrás si estabas en lo cierto con lo que pensabas.
2. Piensa antes de hablar. Debes tratar de evitar todas aquellas palabras que sean destructivas tanto para ti como para la otra persona. Tratar de pensar positivamente, mantenerte abierto ante la situación, para de este modo aceptar las diferencias y no juzgarlas.
3. Todo somos iguales. Nadie es mejor persona por vestirse, hablar o actuar de tal o cual manera. No caigas en el error de creer que tu estas capacitado para juzgar. Todos los seres humanos son diferentes. ¡Nunca lo olvides!
4. Sinceridad. No des por hecho algo basado en suposiciones. Si tienes algún tipo de duda en relación a ciertas situaciones, pregúntale directamente a la persona implicada. Sobre todo, si se trata de actitudes o reacciones. En ocasiones, lo que nosotros consideramos como un agravio, en realidad para la otra persona no lo es.
5. Todo está en tu cabeza. Los prejuicios existen en la mente de cada persona, por tanto, es ahí donde debes erradicarlos. Es una tarea que debes ir haciendo día a día.