Desde hace años, astrónomos de todo el mundo compiten por encontrar el planeta más parecido a la Tierra fuera del Sistema Solar. Usan telescopios terrestres y espaciales para rastrear el universo en busca de mundos rocosos, con una atmósfera protectora, agua líquida y, posiblemente, vida.
Hoy un equipo de astrónomos presenta un descubrimiento en las antípodas de todo esto, pero no por ello menos apasionante. El hallazgo se ha hecho con el telescopio extremadamente pequeño KELT, cuyo objetivo es detectar exoplanetas en torno a estrellas mucho más grandes, brillantes y violentas que el Sol. Estos astros parecen albergar muchos menos planetas que las estrellas más pequeñas, y una posible explicación es que estos mundos acaban siendo devorados por su estrella o desintegrados por la intensa radiación.
Los responsables del telescopio describen hoy en Nature el Kelt-9b, un planeta gaseoso unas dos veces más grande que Júpiter y que está 30 veces más cerca de su estrella que la Tierra del Sol, lo que le convierte en el gigante gaseoso más cálido descubierto hasta el momento.
Desde hace años, astrónomos de todo el mundo compiten por encontrar el planeta más parecido a la Tierra fuera del Sistema Solar. Usan telescopios terrestres y espaciales para rastrear el universo en busca de mundos rocosos, con una atmósfera protectora, agua líquida y, posiblemente, vida.
Hoy un equipo de astrónomos presenta un descubrimiento en las antípodas de todo esto, pero no por ello menos apasionante. El hallazgo se ha hecho con el telescopio extremadamente pequeño KELT, cuyo objetivo es detectar exoplanetas en torno a estrellas mucho más grandes, brillantes y violentas que el Sol. Estos astros parecen albergar muchos menos planetas que las estrellas más pequeñas, y una posible explicación es que estos mundos acaban siendo devorados por su estrella o desintegrados por la intensa radiación.
Los responsables del telescopio describen hoy en Nature el Kelt-9b, un planeta gaseoso unas dos veces más grande que Júpiter y que está 30 veces más cerca de su estrella que la Tierra del Sol, lo que le convierte en el gigante gaseoso más cálido descubierto hasta el momento.