PLACTICAS DEL LENGUAJE.
ES PARA HOY PLIS DOY CORONITA SEGUIMIENTO AGRADECIMIENTO Y CORAZÓN PLIS .
TENGO QUE BUSCAR 5 SUSTANTIVOS ABSTRACTOS DEL SIGUIENTE TEXTO:
hasta llegar a patas. Su piel se ponía tirante a medida que, bajo los músculos, los huesos se alargaban o se contraían; le creció una cola poderosa. Las mandíbulas se le estiraron hacia adelante hasta acabar en hocico, una lengua que chorreaba saliva le colgó entre las fauces y un aullido terrible le vibró en la garganta. Así, se puso en marcha de regreso al rancho. Buscaba ayuda tal vez… o tal vez no. El caso fue que los hermanos andaban por afuera y cuando vieron a la bestia temieron que fuera un simple perro enorme y negro. Solo la madre dijo “Yaguá-hú” para salir de dudas. Al terrorífico animal se le erizaron los pelos y mostró los dientes gruñendo con ferocidad. No era un perro, era el lobisón. Uno de los hermanos fue por el crucifijo, otro, por las botellas; un tercero, por las brasas. A la vista de la cruz, el lobisón retrocedió. Esto animó al resto que le empezaron a arrojar botellas rotas. La bestia retrocedió aún más. Entonces Florián, con un nudo en la garganta, le arrojó una palada de tizones encendidos. El lobisón escapó de nuevo al monte, pero esta vez la madre fue tras él. Lo vio meterse en un naranjal y ella también entró. Él había aminorado la carrera y ahora caminaba, hasta que el ruido de una pisada le detuvo el paso. Se dio vuelta y la vio. Otra vez se le irguieron los pelos del lomo. Un gruñido ronco le lijó la garganta y se preparó para saltarle encima, pero ella lo miró a los ojos con una pena infinita y solo dijo: —Benito… El desdichado lobisón, que había iniciado el salto, se lo vio ahí, en el aire, recuperar su forma humana, a medida que una bala de plata le iba atravesando el corazón. Tras los naranjos, don Nicosia bajó el cañón de su escopeta. Humeaba.
ES PARA HOY PLIS DOY CORONITA SEGUIMIENTO AGRADECIMIENTO Y CORAZÓN PLIS .
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hasta llegar a patas. Su piel se ponía tirante a medida que, bajo los músculos, los huesos se alargaban o se contraían; le creció una cola poderosa. Las mandíbulas se le estiraron hacia adelante hasta acabar en hocico, una lengua que chorreaba saliva le colgó entre las fauces y un aullido terrible le vibró en la garganta. Así, se puso en marcha de regreso al rancho. Buscaba ayuda tal vez… o tal vez no. El caso fue que los hermanos andaban por afuera y cuando vieron a la bestia temieron que fuera un simple perro enorme y negro. Solo la madre dijo “Yaguá-hú” para salir de dudas. Al terrorífico animal se le erizaron los pelos y mostró los dientes gruñendo con ferocidad. No era un perro, era el lobisón. Uno de los hermanos fue por el crucifijo, otro, por las botellas; un tercero, por las brasas. A la vista de la cruz, el lobisón retrocedió. Esto animó al resto que le empezaron a arrojar botellas rotas. La bestia retrocedió aún más. Entonces Florián, con un nudo en la garganta, le arrojó una palada de tizones encendidos. El lobisón escapó de nuevo al monte, pero esta vez la madre fue tras él. Lo vio meterse en un naranjal y ella también entró. Él había aminorado la carrera y ahora caminaba, hasta que el ruido de una pisada le detuvo el paso. Se dio vuelta y la vio. Otra vez se le irguieron los pelos del lomo. Un gruñido ronco le lijó la garganta y se preparó para saltarle encima, pero ella lo miró a los ojos con una pena infinita y solo dijo: —Benito… El desdichado lobisón, que había iniciado el salto, se lo vio ahí, en el aire, recuperar su forma humana, a medida que una bala de plata le iba atravesando el corazón. Tras los naranjos, don Nicosia bajó el cañón de su escopeta. Humeaba.
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Respuesta: Amor, idea, envidia, simpatía y alegría.
Explicación: Son cosas que no se pueden tocar. Por eso, son sustantivos abstractos.