Existen dudas sobre si Degas realizó en primer lugar el florero y después añadió a la mujer o por el contrario, mostró una escena que el artista contempló en la casa de un amigo. Bien es cierto que el pintor no solía realizar bodegones, aunque eran una de las numerosas muestras del realismo en el arte, continuando la tradición del Barroco Holandés. Incluso el propio Delacroix, cuyo cromatismo asimiló perfectamente Degas, trabajó en obras de este tipo. La figura de la mujer aparece en una esquina de la composición, rompiendo con la asimetría tradicional de estas imágenes, considerándose por consiguiente un añadido posterior. Sin embargo, el pintor pudo representar una delicada visión de un precioso jarrón de flores con la mujer que lo ha realizado, formando parte de la misma composición desde el primer momento. Lo que es indudable es la influencia de la fotografía, una de las características presentes en la mayor parte de las obras de Degas. La atracción por la ciencia y los descubrimientos técnicos que se aprecia en los Impresionistas indica sus deseos de conectar con el mundo que les rodea y aplicar sus conocimientos al arte. Lo más llamativo de la obra es el colorido de las flores, jugando con los contrastes de tonos oscuros y claros. La iluminación empleada acentúa aun más esos coloridos vivos, diferenciándose claramente de los que le rodean: sienas, negros o verdes. La agobiante pared del fondo nos trae el jarrón a primer plano, situándose la mesa a la altura del espectador para integrarlo en la escena. Incluso la jarra de agua y el paño sobre la mesa otorgan mayor realismo al conjunto. La mirada de la dama, perdida, ausente, muestra la facilidad del joven pintor para los retratos, como ya demostró con la Familia Bellelli. Sobre la identidad de esta mujer también existen dudas; algunos especialistas piensan que se trata de la esposa de su amigo Paul Valpinçon; otros consideran que se llamaría Mme. Hertel. Sea quien sea, destaca la facilidad de Degas para interpretar sus bellos ojos y su gesto, resultando una excelente obra. Este cuadro fue vendido en 1887 a Theo Van Gogh, el hermano de Vincent, obteniendo por él la importante suma de 4.000 francos.
Explicación:
si te gusto la respuesta mepuedes dar corazon y si quieres coronita
Respuesta:
Existen dudas sobre si Degas realizó en primer lugar el florero y después añadió a la mujer o por el contrario, mostró una escena que el artista contempló en la casa de un amigo. Bien es cierto que el pintor no solía realizar bodegones, aunque eran una de las numerosas muestras del realismo en el arte, continuando la tradición del Barroco Holandés. Incluso el propio Delacroix, cuyo cromatismo asimiló perfectamente Degas, trabajó en obras de este tipo. La figura de la mujer aparece en una esquina de la composición, rompiendo con la asimetría tradicional de estas imágenes, considerándose por consiguiente un añadido posterior. Sin embargo, el pintor pudo representar una delicada visión de un precioso jarrón de flores con la mujer que lo ha realizado, formando parte de la misma composición desde el primer momento. Lo que es indudable es la influencia de la fotografía, una de las características presentes en la mayor parte de las obras de Degas. La atracción por la ciencia y los descubrimientos técnicos que se aprecia en los Impresionistas indica sus deseos de conectar con el mundo que les rodea y aplicar sus conocimientos al arte. Lo más llamativo de la obra es el colorido de las flores, jugando con los contrastes de tonos oscuros y claros. La iluminación empleada acentúa aun más esos coloridos vivos, diferenciándose claramente de los que le rodean: sienas, negros o verdes. La agobiante pared del fondo nos trae el jarrón a primer plano, situándose la mesa a la altura del espectador para integrarlo en la escena. Incluso la jarra de agua y el paño sobre la mesa otorgan mayor realismo al conjunto. La mirada de la dama, perdida, ausente, muestra la facilidad del joven pintor para los retratos, como ya demostró con la Familia Bellelli. Sobre la identidad de esta mujer también existen dudas; algunos especialistas piensan que se trata de la esposa de su amigo Paul Valpinçon; otros consideran que se llamaría Mme. Hertel. Sea quien sea, destaca la facilidad de Degas para interpretar sus bellos ojos y su gesto, resultando una excelente obra. Este cuadro fue vendido en 1887 a Theo Van Gogh, el hermano de Vincent, obteniendo por él la importante suma de 4.000 francos.
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si te gusto la respuesta mepuedes dar corazon y si quieres coronita