Durante el Renacimiento el dinero se comenzó a percibir como una mercancía más que podía ser comprada, vendida o arrendada y el tipo de interés representaba el pago por el arrendamiento del dinero.Cuando se requiere un monto a un banco se debe devolver algo más de lo entregado, ese extra que se debe pagar es una tasa de interés. ... En el caso que una persona decida invertir su dinero en un fondo bancario, o bien, que se le suma al costo final de una persona o entidad que resuelve obtener un préstamo o crédito.
Cambista es el que se emplea en el oficio del cambio de moneda, ocupación que se hizo imprescindible con la aparición de las monedas oficiales o divisas de cada uno de los países o ciudades, lo que obligaba a los mercaderes a cambiar por la moneda local la moneda que trajeran con ellos. Era necesaria una alta especialización y conocimientos en numismática, metrología y metales para identificar las monedas y distinguir su ley y peso. Las tablas o "bancos" de los cambistas fueron el origen de la banca en Europa.
Las sucesivas innovaciones financieras, como la letra de cambio, el papel moneda y las instituciones aparecidas en la Baja Edad Media y la Edad Moderna.
Historia:
En Roma el oficio de cambista era desempeñado por los nummularii. Tras la división del Imperio y la caída del Imperio occidental, el dinamismo económico del Imperio bizantino y la posición estratégica de Constantinopla en las rutas comerciales continuó exigiendo la existencia de cambistas; cuyos puestos se situaban, como los de los joyeros, en la Mesé, entre el Foro y el Gran Palacio, encuadrados en corporaciones derivadas de los collegia romanos y sometidos a la autoridad del prefecto de la ciudad.
En muchas ciudades europeas de la Edad Media se emitía moneda local, habitualmente con la efigie del gobernante. Cuando los mercaderes acudían a realizar compras y ventas, especialmente durante las ferias, los cambistas les ofrecían el servicio de cambiarles sus monedas por las locales o guardárselas en depósito en sus "bancos", efectuando en sus "cuentas" los ajustes necesarios tras la realización de las transacciones. Así se aminoraban problemas como el desgaste.
También ofrecían servicios más sofisticados, como el mantenimiento del depósito en ausencia del depositante y el giro bancario. A medida que crecían las operaciones de los cambistas, estos se convertían en prestamistas, al añadir el tipo de interés a sus tasas de cambio.
Al igual que los demás oficios (y particularmente los vinculados al trabajo de los metales preciosos -orífices, plateros, orfebres-), los cambistas de cada una de las ciudades se agruparon en gremios o guildas, y sus "bancos" u oficinas se disponían en la misma calle o barrio.
Respuesta:
Durante el Renacimiento el dinero se comenzó a percibir como una mercancía más que podía ser comprada, vendida o arrendada y el tipo de interés representaba el pago por el arrendamiento del dinero.Cuando se requiere un monto a un banco se debe devolver algo más de lo entregado, ese extra que se debe pagar es una tasa de interés. ... En el caso que una persona decida invertir su dinero en un fondo bancario, o bien, que se le suma al costo final de una persona o entidad que resuelve obtener un préstamo o crédito.
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Cambista:
Cambista es el que se emplea en el oficio del cambio de moneda, ocupación que se hizo imprescindible con la aparición de las monedas oficiales o divisas de cada uno de los países o ciudades, lo que obligaba a los mercaderes a cambiar por la moneda local la moneda que trajeran con ellos. Era necesaria una alta especialización y conocimientos en numismática, metrología y metales para identificar las monedas y distinguir su ley y peso. Las tablas o "bancos" de los cambistas fueron el origen de la banca en Europa.
Las sucesivas innovaciones financieras, como la letra de cambio, el papel moneda y las instituciones aparecidas en la Baja Edad Media y la Edad Moderna.
Historia:
En Roma el oficio de cambista era desempeñado por los nummularii. Tras la división del Imperio y la caída del Imperio occidental, el dinamismo económico del Imperio bizantino y la posición estratégica de Constantinopla en las rutas comerciales continuó exigiendo la existencia de cambistas; cuyos puestos se situaban, como los de los joyeros, en la Mesé, entre el Foro y el Gran Palacio, encuadrados en corporaciones derivadas de los collegia romanos y sometidos a la autoridad del prefecto de la ciudad.
En muchas ciudades europeas de la Edad Media se emitía moneda local, habitualmente con la efigie del gobernante. Cuando los mercaderes acudían a realizar compras y ventas, especialmente durante las ferias, los cambistas les ofrecían el servicio de cambiarles sus monedas por las locales o guardárselas en depósito en sus "bancos", efectuando en sus "cuentas" los ajustes necesarios tras la realización de las transacciones. Así se aminoraban problemas como el desgaste.
También ofrecían servicios más sofisticados, como el mantenimiento del depósito en ausencia del depositante y el giro bancario. A medida que crecían las operaciones de los cambistas, estos se convertían en prestamistas, al añadir el tipo de interés a sus tasas de cambio.
Al igual que los demás oficios (y particularmente los vinculados al trabajo de los metales preciosos -orífices, plateros, orfebres-), los cambistas de cada una de las ciudades se agruparon en gremios o guildas, y sus "bancos" u oficinas se disponían en la misma calle o barrio.
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