Los puntos de control celular son mecanismo que aseguran la fidelidad de la división celular en las células. Tales puntos de control verifican si los procesos en cada fase del ciclo celular han sido completados con precisión antes de progresar hacia la siguiente fase. Han sido identificados múltiples puntos de control, aunque algunos son mejor conocidos que otros.
En 1986, Temple y Raff describieron el ciclo celular como un reloj;[1] si éste fuera el caso, cada una de las fases funcionaría de acuerdo a una especie de reloj interno, que determinaría cuánto tiempo debería durar. Sin embargo, actualmente el ciclo celular se describe como las piezas de un dominó que, al caer, hacen que la siguiente caiga también: igualmente, para que una fase del ciclo celular tenga lugar, la fase anterior tiene que haber finalizado correctamente. Los puntos de control aseguran que una fase haya finalizado antes de pasar a la siguiente. Por tanto, los checkpoints son mecanismos de control que refuerzan la dependencia durante el ciclo celular.[2] Los sucesos del ciclo celular de la mayor parte de los organismos están organizados en rutas dependientes, en los cuales el inicio de los sucesos tardíos depende de que los sucesos iniciales hayan finalizado correctamente. La existencia de un mecanismo de control se evidencia cuando una droga, un mutante u otra condición libera una relación de dependencia en el ciclo celular: el suceso secundario en una ruta determinada tiene lugar aunque no se hayan cumplido los prerrequisitos necesarios. Por ejemplo, para que tenga lugar la mitosis es necesario que se haya completado la replicación del ADN, pero esta dependencia puede eliminarse mediante mutación de proteínas concretas, de forma que la mitosis puede ocurrir aunque el ADN no haya terminado de replicarse. Esto implica que la dependencia se debe a la existencia de un mecanismo de control (un checkpoint en el ciclo celular) y no a una característica intrínseca de los propios procesos.
Una función importante de muchos puntos de control consiste en evaluar los daños en el ADN, los cuales se detectan por mecanismos sensores. Cuando se localiza el daño, el punto de control envía una señal que detiene el ciclo celular hasta que se realiza la reparación o, cuando no es posible repararlo, marca la célula para su destrucción por apoptosis (mecanismo efector). Todos los checkpoints que valoran daños en el ADN parece que utilizan el mismo mecanismo sensor-señal-efector.
Los puntos de control celular son mecanismo que aseguran la fidelidad de la división celular en las células. Tales puntos de control verifican si los procesos en cada fase del ciclo celular han sido completados con precisión antes de progresar hacia la siguiente fase. Han sido identificados múltiples puntos de control, aunque algunos son mejor conocidos que otros.
En 1986, Temple y Raff describieron el ciclo celular como un reloj;[1] si éste fuera el caso, cada una de las fases funcionaría de acuerdo a una especie de reloj interno, que determinaría cuánto tiempo debería durar. Sin embargo, actualmente el ciclo celular se describe como las piezas de un dominó que, al caer, hacen que la siguiente caiga también: igualmente, para que una fase del ciclo celular tenga lugar, la fase anterior tiene que haber finalizado correctamente. Los puntos de control aseguran que una fase haya finalizado antes de pasar a la siguiente. Por tanto, los checkpoints son mecanismos de control que refuerzan la dependencia durante el ciclo celular.[2] Los sucesos del ciclo celular de la mayor parte de los organismos están organizados en rutas dependientes, en los cuales el inicio de los sucesos tardíos depende de que los sucesos iniciales hayan finalizado correctamente. La existencia de un mecanismo de control se evidencia cuando una droga, un mutante u otra condición libera una relación de dependencia en el ciclo celular: el suceso secundario en una ruta determinada tiene lugar aunque no se hayan cumplido los prerrequisitos necesarios. Por ejemplo, para que tenga lugar la mitosis es necesario que se haya completado la replicación del ADN, pero esta dependencia puede eliminarse mediante mutación de proteínas concretas, de forma que la mitosis puede ocurrir aunque el ADN no haya terminado de replicarse. Esto implica que la dependencia se debe a la existencia de un mecanismo de control (un checkpoint en el ciclo celular) y no a una característica intrínseca de los propios procesos.
Una función importante de muchos puntos de control consiste en evaluar los daños en el ADN, los cuales se detectan por mecanismos sensores. Cuando se localiza el daño, el punto de control envía una señal que detiene el ciclo celular hasta que se realiza la reparación o, cuando no es posible repararlo, marca la célula para su destrucción por apoptosis (mecanismo efector). Todos los checkpoints que valoran daños en el ADN parece que utilizan el mismo mecanismo sensor-señal-efector.