Según afirma el Dr. Javier del Prado profesor de literatura de la Universidad Complutense de Madrid, que hablar de romanticismo se ha vuelto complicado por la mitificación que ha sufrido el término, al aplicársele indiscriminadamente a multitud de significados, ha venido pues, a ser sinónimo de triste, sentimental, enamorado, así como también se ha usado para calificar una puesta de sol, un paisaje, una persona y frases amorosas consideradas hoy fuera de uso.
Sin hacer disquisiciones sobre el significado específico del término, este ensayo quiere esclarecer algunos de los aspectos del romanticismo como movimiento cultural, literario y artístico que surge en Europa a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, extendiéndose rápidamente por todo el viejo mundo para refugiarse en su última decadencia en América Latina, donde vive su último momento de esplendor hacia la segunda mitad del siglo XIX.
En las siguientes líneas me interesa precisar además sus relaciones con lo social y lo político, su influencia en el pensamiento de la élite colombiana, que en la segunda mitad del siglo XIX intentaba reformas que alejaran al país de la herencia colonial y que con principios liberales intentaban acercar al país al mercado mundial, al desarrollo y a la consolidación de la nacionalidad.
"Todo el romanticismo europeo, incluso aquel que pretende ser apolítico, lo mismo que el que posteriormente aspira a representar el arte por el arte, posee siempre importantes acentos políticos inmanentes y desempeñan de manera consciente o inconsciente, su papel en una sociedad integrada por nuevas masas y nuevos individuos."
En esta misma dirección, Lord Byron, el gran poeta inglés habla de "la verdadera poesía de la política consiste en cambiar las condiciones de vida en una lucha por la libertad, por la revolución. A esta idea se agarra el ala derecha nacional revolucionaria, el ala fascista del romanticismo, más también el ala izquierda del mismo. Carlos Marx procede directamente del romanticismo".
El influjo que Byron ejerce sobre la juventud se debe pues a esa mezcla impetuosa de poesía y política, el poeta para él tenía la misión de ayudar al hombre a tener una vida más digna.
El Romanticismo: Orígenes y Representantes.
Como ya se dijo, el Romanticismo nace en Europa en el último cuarto del siglo XVIII, inicialmente en Inglaterra y Alemania para pasar en la primera década del XIX a Francia donde tiene su mayor florecimiento y desde donde se extenderá a España, Italia y Rusia entre otros.
Inglaterra, durante los siglos XVIII Y XIX lo ve surgir de su seno y acoge en él todas las revoluciones europeas, es decir, allí nace la revolución industrial y el romanticismo y de la misma manera también acoge a todos los revolucionarios, fugitivos y perseguidos de otros países, es al lugar de exilio de franceses, polacos, húngaros, italianos y alemanes, gentes que tenían algo de héroes y algo de bandidos, empero y más allá de estas características, Inglaterra seguía siendo la patria del conservadurismo y por excelencia de las Instituciones de la Monarquía Parlamentaria, las que permanecen en pié gracias a la alianza entre sus clases dirigentes.
Las primeras manifestaciones del romanticismo inglés están unidas a una mirada de la literatura medieval, la nobleza se interesa por las ruinas medievales transformando sus propiedades en castillos a la usanza gótica, al culto de lo natural y de paisajes que en ocasiones rememoran tiempos perdidos o sueños en lontananza. Algunos poetas empiezan a cantarle a la naturaleza, por ejemplo, Thomas Gray compone el poema "Volvamos a la Naturaleza", evocación de un viejo sueño Celta, este fue un llamado a mirar el pasado del que provienen sueños de nostalgia y de belleza. Esta forma y matices al mirar el pasado, esa intención de partir siempre de un recuerdo nostálgico de lo que fue, permanecerá marcadamente acentuado en el resto del romanticismo europeo y latinoamericano.
Muchos de los románticos ingleses descienden de pueblos vejados por el afán de crecimiento del capitalismo inglés: Escoceses, Galeses e Irlandeses, con lo cual, y dentro de la literatura romántica propia de estas latitudes, dio origen a la aparición de una serie de "héroes plebeyos", cuyos matices y elementos característicos los identifican como los inadaptados, mendigos, vagabundos y aventureros, al mismo tiempo que se canta y evoca la parroquia lejana, el riachuelo de una humilde aldea, el sonido de un viejo y olvidado campanario, etc.
Entre 1789 y 1822, fecha del fallecimiento de Shelley, el romanticismo inglés alcanza su culminación con lo "cinco grandes": Blake, Coleridge, Wordsworth, Shelley y Keats.
Según afirma el Dr. Javier del Prado profesor de literatura de la Universidad Complutense de Madrid, que hablar de romanticismo se ha vuelto complicado por la mitificación que ha sufrido el término, al aplicársele indiscriminadamente a multitud de significados, ha venido pues, a ser sinónimo de triste, sentimental, enamorado, así como también se ha usado para calificar una puesta de sol, un paisaje, una persona y frases amorosas consideradas hoy fuera de uso.
Sin hacer disquisiciones sobre el significado específico del término, este ensayo quiere esclarecer algunos de los aspectos del romanticismo como movimiento cultural, literario y artístico que surge en Europa a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, extendiéndose rápidamente por todo el viejo mundo para refugiarse en su última decadencia en América Latina, donde vive su último momento de esplendor hacia la segunda mitad del siglo XIX.
En las siguientes líneas me interesa precisar además sus relaciones con lo social y lo político, su influencia en el pensamiento de la élite colombiana, que en la segunda mitad del siglo XIX intentaba reformas que alejaran al país de la herencia colonial y que con principios liberales intentaban acercar al país al mercado mundial, al desarrollo y a la consolidación de la nacionalidad.
"Todo el romanticismo europeo, incluso aquel que pretende ser apolítico, lo mismo que el que posteriormente aspira a representar el arte por el arte, posee siempre importantes acentos políticos inmanentes y desempeñan de manera consciente o inconsciente, su papel en una sociedad integrada por nuevas masas y nuevos individuos."
En esta misma dirección, Lord Byron, el gran poeta inglés habla de "la verdadera poesía de la política consiste en cambiar las condiciones de vida en una lucha por la libertad, por la revolución. A esta idea se agarra el ala derecha nacional revolucionaria, el ala fascista del romanticismo, más también el ala izquierda del mismo. Carlos Marx procede directamente del romanticismo".
El influjo que Byron ejerce sobre la juventud se debe pues a esa mezcla impetuosa de poesía y política, el poeta para él tenía la misión de ayudar al hombre a tener una vida más digna.
El Romanticismo: Orígenes y Representantes.
Como ya se dijo, el Romanticismo nace en Europa en el último cuarto del siglo XVIII, inicialmente en Inglaterra y Alemania para pasar en la primera década del XIX a Francia donde tiene su mayor florecimiento y desde donde se extenderá a España, Italia y Rusia entre otros.
Inglaterra, durante los siglos XVIII Y XIX lo ve surgir de su seno y acoge en él todas las revoluciones europeas, es decir, allí nace la revolución industrial y el romanticismo y de la misma manera también acoge a todos los revolucionarios, fugitivos y perseguidos de otros países, es al lugar de exilio de franceses, polacos, húngaros, italianos y alemanes, gentes que tenían algo de héroes y algo de bandidos, empero y más allá de estas características, Inglaterra seguía siendo la patria del conservadurismo y por excelencia de las Instituciones de la Monarquía Parlamentaria, las que permanecen en pié gracias a la alianza entre sus clases dirigentes.
Las primeras manifestaciones del romanticismo inglés están unidas a una mirada de la literatura medieval, la nobleza se interesa por las ruinas medievales transformando sus propiedades en castillos a la usanza gótica, al culto de lo natural y de paisajes que en ocasiones rememoran tiempos perdidos o sueños en lontananza. Algunos poetas empiezan a cantarle a la naturaleza, por ejemplo, Thomas Gray compone el poema "Volvamos a la Naturaleza", evocación de un viejo sueño Celta, este fue un llamado a mirar el pasado del que provienen sueños de nostalgia y de belleza. Esta forma y matices al mirar el pasado, esa intención de partir siempre de un recuerdo nostálgico de lo que fue, permanecerá marcadamente acentuado en el resto del romanticismo europeo y latinoamericano.
Muchos de los románticos ingleses descienden de pueblos vejados por el afán de crecimiento del capitalismo inglés: Escoceses, Galeses e Irlandeses, con lo cual, y dentro de la literatura romántica propia de estas latitudes, dio origen a la aparición de una serie de "héroes plebeyos", cuyos matices y elementos característicos los identifican como los inadaptados, mendigos, vagabundos y aventureros, al mismo tiempo que se canta y evoca la parroquia lejana, el riachuelo de una humilde aldea, el sonido de un viejo y olvidado campanario, etc.
Entre 1789 y 1822, fecha del fallecimiento de Shelley, el romanticismo inglés alcanza su culminación con lo "cinco grandes": Blake, Coleridge, Wordsworth, Shelley y Keats.