El acoso escolar o bullying es la exposición que sufre un niño a daños físicos y psicológicos de forma intencionada y reiterada por parte de otro, o de un grupo de ellos, cuando acude al colegio.
Prevalencia
Es difícil estimar la prevalencia del acoso escolar, pero los expertos en la materia coinciden en señalar que se trata de un problema muy frecuente.
Causas
El origen de la violencia del acosador puede venir causado por problemas sociales o familiares, que pueden provocar que el niño desarrolle una actitud agresiva y que en la adolescencia sea violento. «En muchas ocasiones, los acosadores son personas que también han sido acosadas», precisa Díaz-Caneja.
Existen una serie de indicadores que el niño acosado puede presentar y alertar a los padres y profesores en caso de que esté sufriendo bullying escolar
Problemas de memoria, dificultad en la concentración y atención y descenso del rendimiento escolar.
Depresión, ansiedad, irritabilidad, falta de apetito, dolor de cabeza, malestar generalizado, cansancio, sensación de ahogo, etc.
Prevención
La prevención del harassment o acoso escolar es fundamental para minimizar y reducir sus efectos cuanto antes.
Reducir la incidencia
Los profesores y los padres o tutores de los adolescentes tienen que llevar a cabo medidas que impidan la aparición de nuevos casos de bullying.
Reducir los casos
Llevar a cabo actuaciones que dificulten que el maltrato se siga produciendo y que el adolescente tenga mayores problemas.
Tipos
Acoso físico: El acosador golpea, empuja o utiliza algún instrumento para hacer daño físico a su víctima. También puede esconder sus cosas.
Acoso verbal: Consiste en insultar, poner motes, hacer amenazas o provocar a otro niño.
Acoso social: Este tipo de bullying se produce cuando el acosador decide aislar a su víctima difunde rumores, convence a otros niños para que no hablen con él o lo humillan en público para que el acosado se sienta aislado.
Diagnóstico
La detección del bullying es muy complicada ya que es muy frecuente que los niños lo oculten en el ambiente familiar y no pidan ayuda a nadie de su entorno. Por este motivo, sólo son detectados los casos que no se pueden ocultar por la gravedad de las lesiones o de los síntomas.
Intervenir en todos los casos
La psiquiatra del Hospital Gregorio Marañón cree que hay que partir del reconocimiento de que es «un problema grave y hay que intervenir». Recuerda que hace no demasiado tiempo «se planteaba que era un problema de niños» al que se restaba importancia porque se aseguraba que no tenía repercusiones y se resolvía por sí mismo.
La intervención tiene que ser precoz y se realizará de forma individualizada.
Atención a las víctimas
En cuanto a la atención psicológica y psiquiátrica a las víctimas de acoso escolar, Díaz-Caneja insiste en la necesidad de ir caso por caso: «Hay personas que, una vez que se resuelva la situación de acoso, no van a necesitar mucho apoyo adicional; sin embargo, otras pueden requerirlo».
Los padres
Si el niño muestra cambios de humor o de comportamiento es importante tratar de hablar con ellos para determinar cuál es el motivo. Deben mantener la calma y escuchar todo lo que tenga que decir, siempre confiando en que lo que cuenta es la verdad.
Los profesores
En cuanto los educadores tengan conocimiento sobre la situación, es importante vigilar a los niños implicados en todas las situaciones para controlar que el problema no se agrave.
Consecuencias del bullying
Las consecuencias afectan principalmente a la víctima, que puede tener fracaso escolar, niveles altos de ansiedad, fobia a ir al colegio, insatisfacción y cambios de personalidad, pasando a convertirse en una persona insegura, con baja autoestima.
Respuesta:
Qué es
El acoso escolar o bullying es la exposición que sufre un niño a daños físicos y psicológicos de forma intencionada y reiterada por parte de otro, o de un grupo de ellos, cuando acude al colegio.
Prevalencia
Es difícil estimar la prevalencia del acoso escolar, pero los expertos en la materia coinciden en señalar que se trata de un problema muy frecuente.
Causas
El origen de la violencia del acosador puede venir causado por problemas sociales o familiares, que pueden provocar que el niño desarrolle una actitud agresiva y que en la adolescencia sea violento. «En muchas ocasiones, los acosadores son personas que también han sido acosadas», precisa Díaz-Caneja.
Existen una serie de indicadores que el niño acosado puede presentar y alertar a los padres y profesores en caso de que esté sufriendo bullying escolar
Problemas de memoria, dificultad en la concentración y atención y descenso del rendimiento escolar.
Depresión, ansiedad, irritabilidad, falta de apetito, dolor de cabeza, malestar generalizado, cansancio, sensación de ahogo, etc.
Prevención
La prevención del harassment o acoso escolar es fundamental para minimizar y reducir sus efectos cuanto antes.
Reducir la incidencia
Los profesores y los padres o tutores de los adolescentes tienen que llevar a cabo medidas que impidan la aparición de nuevos casos de bullying.
Reducir los casos
Llevar a cabo actuaciones que dificulten que el maltrato se siga produciendo y que el adolescente tenga mayores problemas.
Tipos
Acoso físico: El acosador golpea, empuja o utiliza algún instrumento para hacer daño físico a su víctima. También puede esconder sus cosas.
Acoso verbal: Consiste en insultar, poner motes, hacer amenazas o provocar a otro niño.
Acoso social: Este tipo de bullying se produce cuando el acosador decide aislar a su víctima difunde rumores, convence a otros niños para que no hablen con él o lo humillan en público para que el acosado se sienta aislado.
Diagnóstico
La detección del bullying es muy complicada ya que es muy frecuente que los niños lo oculten en el ambiente familiar y no pidan ayuda a nadie de su entorno. Por este motivo, sólo son detectados los casos que no se pueden ocultar por la gravedad de las lesiones o de los síntomas.
Intervenir en todos los casos
La psiquiatra del Hospital Gregorio Marañón cree que hay que partir del reconocimiento de que es «un problema grave y hay que intervenir». Recuerda que hace no demasiado tiempo «se planteaba que era un problema de niños» al que se restaba importancia porque se aseguraba que no tenía repercusiones y se resolvía por sí mismo.
La intervención tiene que ser precoz y se realizará de forma individualizada.
Atención a las víctimas
En cuanto a la atención psicológica y psiquiátrica a las víctimas de acoso escolar, Díaz-Caneja insiste en la necesidad de ir caso por caso: «Hay personas que, una vez que se resuelva la situación de acoso, no van a necesitar mucho apoyo adicional; sin embargo, otras pueden requerirlo».
Los padres
Si el niño muestra cambios de humor o de comportamiento es importante tratar de hablar con ellos para determinar cuál es el motivo. Deben mantener la calma y escuchar todo lo que tenga que decir, siempre confiando en que lo que cuenta es la verdad.
Los profesores
En cuanto los educadores tengan conocimiento sobre la situación, es importante vigilar a los niños implicados en todas las situaciones para controlar que el problema no se agrave.
Consecuencias del bullying
Las consecuencias afectan principalmente a la víctima, que puede tener fracaso escolar, niveles altos de ansiedad, fobia a ir al colegio, insatisfacción y cambios de personalidad, pasando a convertirse en una persona insegura, con baja autoestima.
Explicación:
espero verte ayudado
Respuesta:
mucho texto nose
Explicación:
no ni yo se