La identidad es lo que define a la personas, clases sociales, animales y plantas, colectividades… En cuanto a lo relacional es muy importante que esa persona o grupo tengan en cuentan los logros de otros para imitarlos o interiorizarlos y los fracasos para no repetirlos.
La identidad es lo que define a la personas, clases sociales, animales y plantas, colectividades…En el caso del ser humano se adquiere a través de procesos intrapsíquicos o del sujeto consigo mismo e interpsíquicos o en relación con los demás, con el entorno y con la divinidad, si es creyente. Los procesos internos se elaboran cada vez que el sujeto observa, analiza, valora, reflexiona y toma decisiones. El relacional es en diálogo con el exterior, en muchas ocasiones coincidentes y en otras discrepantes.
La identidad se va adquiriendo lentamente, a lo largo de la vida y nunca termina ese proceso. Sí es cierto que los primeros años son en los que más se define, como casi todo en la vida. Un logro conseguido ayudará a encajar otras vivencias del presente o de un posible futuro, al igual que un fracaso nos ayuda a discriminar elementos que no nos ayudaron y nos dicen por dónde no debemos meternos.
En cuanto a lo relacional es muy importante que esa persona o grupo tengan en cuentan los logros de otros para imitarlos o interiorizarlos y los fracasos para no repetirlos. En la identidad tan importante es tener en cuenta los aciertos como los errores, en un proceso crítico y autocrítico para que lo que vayamos incorporando a nuestra identidad sea realmente enriquecedor.
Imitar sin autocrítica nos convierte en seres repetitivos sin identidad propia, rechazar sin autocrítica nos convierte en grupos dependientes y fácilmente manipulables. De ahí que sea tan importante elaborar lo que nosotros somos desde un análisis personal y grupal, teniendo en cuenta el entorno y no entrando en una escalada de rechazos sin crítica.
En este proceso madurativo y definitorio de lo que somos y vivimos es muy importante el respeto a las diferencias, aún dentro del mismo grupo. Podemos definirnos en contraposición a un grupo que no nos gusta, hacerlo sin reflexión seria y sosegada y convertirnos nosotros en otro grupo de todos iguales, uniformados y reproducimos lo que criticamos.
Definirme prioritariamente desde la contraposición a otro es limitar mis posibilidades porque es la identidad del otro la que marca mis líneas de avance. Si rechazo y me defino desde el rechazo, me estoy empobreciendo y limitando mucho lo que podría ser. Rechazo su violencia y me hago pacifista, ¿también con él para que reconozca el error y lo enmiende?; rechazo su opresión y explotación y me hago colaborador, ¿también con él para demostrarle su error y que lo rectifique?; rechazo que me haya excluido y me hago dialogante, ¿también con él para que aprenda a tener en cuenta a los demás?…y así un larguísimo etcétera. Si nos quedamos en ser diferente al otro porque no me gusta, mi identidad perderá mi particularidad, eso que el otro no tiene ni en versión negativa.
Hemos de saber cuáles son mis potencialidades y capacidades para desarrollarlas lo máximo posible; también debo conocer lo que veo en los demás y que me gusta para imitarlas adaptándolas a mi persona y, por último, si conozco lo que rechazo puedo desarrollar lo contrario. Desde estas tres líneas debo elaborar mi identidad individual y grupal y no solo desde el desarrollo del opuesto a lo que rechazo en los demás.
Respuesta:
La identidad es lo que define a la personas, clases sociales, animales y plantas, colectividades… En cuanto a lo relacional es muy importante que esa persona o grupo tengan en cuentan los logros de otros para imitarlos o interiorizarlos y los fracasos para no repetirlos.
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La identidad es lo que define a la personas, clases sociales, animales y plantas, colectividades…En el caso del ser humano se adquiere a través de procesos intrapsíquicos o del sujeto consigo mismo e interpsíquicos o en relación con los demás, con el entorno y con la divinidad, si es creyente. Los procesos internos se elaboran cada vez que el sujeto observa, analiza, valora, reflexiona y toma decisiones. El relacional es en diálogo con el exterior, en muchas ocasiones coincidentes y en otras discrepantes.
La identidad se va adquiriendo lentamente, a lo largo de la vida y nunca termina ese proceso. Sí es cierto que los primeros años son en los que más se define, como casi todo en la vida. Un logro conseguido ayudará a encajar otras vivencias del presente o de un posible futuro, al igual que un fracaso nos ayuda a discriminar elementos que no nos ayudaron y nos dicen por dónde no debemos meternos.
En cuanto a lo relacional es muy importante que esa persona o grupo tengan en cuentan los logros de otros para imitarlos o interiorizarlos y los fracasos para no repetirlos. En la identidad tan importante es tener en cuenta los aciertos como los errores, en un proceso crítico y autocrítico para que lo que vayamos incorporando a nuestra identidad sea realmente enriquecedor.
Imitar sin autocrítica nos convierte en seres repetitivos sin identidad propia, rechazar sin autocrítica nos convierte en grupos dependientes y fácilmente manipulables. De ahí que sea tan importante elaborar lo que nosotros somos desde un análisis personal y grupal, teniendo en cuenta el entorno y no entrando en una escalada de rechazos sin crítica.
En este proceso madurativo y definitorio de lo que somos y vivimos es muy importante el respeto a las diferencias, aún dentro del mismo grupo. Podemos definirnos en contraposición a un grupo que no nos gusta, hacerlo sin reflexión seria y sosegada y convertirnos nosotros en otro grupo de todos iguales, uniformados y reproducimos lo que criticamos.
Definirme prioritariamente desde la contraposición a otro es limitar mis posibilidades porque es la identidad del otro la que marca mis líneas de avance. Si rechazo y me defino desde el rechazo, me estoy empobreciendo y limitando mucho lo que podría ser. Rechazo su violencia y me hago pacifista, ¿también con él para que reconozca el error y lo enmiende?; rechazo su opresión y explotación y me hago colaborador, ¿también con él para demostrarle su error y que lo rectifique?; rechazo que me haya excluido y me hago dialogante, ¿también con él para que aprenda a tener en cuenta a los demás?…y así un larguísimo etcétera. Si nos quedamos en ser diferente al otro porque no me gusta, mi identidad perderá mi particularidad, eso que el otro no tiene ni en versión negativa.
Hemos de saber cuáles son mis potencialidades y capacidades para desarrollarlas lo máximo posible; también debo conocer lo que veo en los demás y que me gusta para imitarlas adaptándolas a mi persona y, por último, si conozco lo que rechazo puedo desarrollar lo contrario. Desde estas tres líneas debo elaborar mi identidad individual y grupal y no solo desde el desarrollo del opuesto a lo que rechazo en los demás.