La historia comienza con Tintín y el capitán Haddock de vuelta a Moulinsart, cuando son sorprendidos por una tormenta, una extraña tormenta que provoca la rotura de espejos y jarrones en todo el palacio. La extraña tormenta resulta ser las pruebas de un generador de ultrasonidos desarrollada por el profesor Tornasol, que desaparecerá unos días después en una conferencia en Suiza.
Tintín y Haddock se reúnen en Ginebra para poder seguir su pista, y justo cuando están a punto de liberarlo de sus secuestradores, los bordurios, Tornasol es de nuevo secuestrado, esta vez por los syldavos. Sin embargo los espías de Syldavia no son capaces de retener a Tornasol que vuelve a ser secuestrado por Borduria y trasladado a Szohôd. Finalmente con la ayuda de Bianca Castafiore consiguen rescatar a Tornasol, quien decide destruir los planos de su invento para evitar que se convierta en un arma.
En esta historia vuelve a reflejarse la tensión y rivalidad existentes entre Syldavia y Borduria, como reflejo de la situación vivida entre los bloques comunista y capitalista en esa época.
La historia comienza con Tintín y el capitán Haddock de vuelta a Moulinsart, cuando son sorprendidos por una tormenta, una extraña tormenta que provoca la rotura de espejos y jarrones en todo el palacio. La extraña tormenta resulta ser las pruebas de un generador de ultrasonidos desarrollada por el profesor Tornasol, que desaparecerá unos días después en una conferencia en Suiza.
Tintín y Haddock se reúnen en Ginebra para poder seguir su pista, y justo cuando están a punto de liberarlo de sus secuestradores, los bordurios, Tornasol es de nuevo secuestrado, esta vez por los syldavos. Sin embargo los espías de Syldavia no son capaces de retener a Tornasol que vuelve a ser secuestrado por Borduria y trasladado a Szohôd. Finalmente con la ayuda de Bianca Castafiore consiguen rescatar a Tornasol, quien decide destruir los planos de su invento para evitar que se convierta en un arma.
En esta historia vuelve a reflejarse la tensión y rivalidad existentes entre Syldavia y Borduria, como reflejo de la situación vivida entre los bloques comunista y capitalista en esa época.