El cristianismo primitivo y el temprano judaísmo rabínico fueron influenciados significativamente por la religión y la filosofía helenística. El cristianismo, en particular, heredó muchas características del paganismo grecorromano en su estructura, su terminología, su culto y su teología. Títulos como Pontifex Maximus y Sol Invictus fueron tomados directamente de la religión romana. La influencia del neoplatonismo en la teología cristiana es significativa, visible por ejemplo en Agustín de Hipona en su identificación de Dios como summum bonum y del mal como privatio boni. Paralelismos llamativos entre el relato del Nuevo Testamento de Jesús y dioses clásicos o semidioses como Baco, Belerofonte o Perseo fueron reconocidos por los Padres de la Iglesia y denominados «imitación diabólica» por Justino Mártir en el siglo segundo.
El cristianismo primitivo y el temprano judaísmo rabínico fueron influenciados significativamente por la religión y la filosofía helenística. El cristianismo, en particular, heredó muchas características del paganismo grecorromano en su estructura, su terminología, su culto y su teología. Títulos como Pontifex Maximus y Sol Invictus fueron tomados directamente de la religión romana. La influencia del neoplatonismo en la teología cristiana es significativa, visible por ejemplo en Agustín de Hipona en su identificación de Dios como summum bonum y del mal como privatio boni. Paralelismos llamativos entre el relato del Nuevo Testamento de Jesús y dioses clásicos o semidioses como Baco, Belerofonte o Perseo fueron reconocidos por los Padres de la Iglesia y denominados «imitación diabólica» por Justino Mártir en el siglo segundo.