El caballo es un herbívoro no rumiante que se alimenta de pastos o forrajes. Su sistema digestivo es muy peculiar, ya que combina un estómago de reducidas dimensiones -comparado con el total de su aparato digestivo- con un desarrollado intestino grueso.
En estado salvaje o de libertad el caballo ocupa muchas horas del día (hasta 18) buscando alimento y comiendo: recorriendo grandes distancias e ingiriendo, normalmente, hierbas de bajo aporte calórico.
En la naturaleza es presa y, ante la percepción de peligro, su defensa es la huida. De ahí su constante vigilancia y alerta ante cualquier cambio en su entorno, y también la forma de alimentarse, en continuo movimiento.
El caballo es un herbívoro no rumiante que se alimenta de pastos o forrajes. Su sistema digestivo es muy peculiar, ya que combina un estómago de reducidas dimensiones -comparado con el total de su aparato digestivo- con un desarrollado intestino grueso.
En estado salvaje o de libertad el caballo ocupa muchas horas del día (hasta 18) buscando alimento y comiendo: recorriendo grandes distancias e ingiriendo, normalmente, hierbas de bajo aporte calórico.
En la naturaleza es presa y, ante la percepción de peligro, su defensa es la huida. De ahí su constante vigilancia y alerta ante cualquier cambio en su entorno, y también la forma de alimentarse, en continuo movimiento.