Se conocen alrededor de 30,000 especies de plantas epífitas en el mundo, la mitad de ellas se distribuyen en la región neotropical. Las plantas epífitas crecen encima de otras plantas (principalmente árboles), obteniendo los nutrientes y el agua, de la de la materia orgánica que se acumula en las ramas y del agua de lluvia. Estas plantas no tienen una relación fisiológica con los árboles, ya que las raíces únicamente les sirven para sujetarse a las ramas y los troncos. En general se considera que en esta asociación las epífitas no causan daño a los árboles hospederos; sin embargo, recientemente se ha demostrado que pueden causar diversos tipos de daño.
La copa de los árboles es un hábitat no muy amigable, ya que está expuesto a variaciones importantes de humedad y temperatura, debido a su exposición directa a la luz del sol y al viento. Debido a ello, las epífitas han desarrollado características morfólogicas y sistemas fisiológicos que les permiten evitar y/o reducir la pérdida de agua (cutículas gruesas), y obtener nutrientes del aire y capturar los que son liberados por los árboles (hojarasca y detritos).
Las epífitas mantienen un sin número de interacciones con diversos animales. Por un lado, al capturar materia orgánica y agua en sus estructuras vegetativas o entre las raíces, permiten la existencia de animales que participan en la liberación de nutrientes. Por otro lado, algunas orquídeas epífitas presentan complicados mecanismos de polinización (v.gr., por engaño), que las hace ser dependientes específicas del comportamiento de una determinada especie de abeja. Finalmente, aunque la dispersión de las semillas de muchas epífitas se debe al viento, algunas requieren que vertebrados (v.gr., aves) se alimenten de los frutos, y depositen las semillas en otro árboles o ramas.
Se conocen alrededor de 30,000 especies de plantas epífitas en el mundo, la mitad de ellas se distribuyen en la región neotropical. Las plantas epífitas crecen encima de otras plantas (principalmente árboles), obteniendo los nutrientes y el agua, de la de la materia orgánica que se acumula en las ramas y del agua de lluvia. Estas plantas no tienen una relación fisiológica con los árboles, ya que las raíces únicamente les sirven para sujetarse a las ramas y los troncos. En general se considera que en esta asociación las epífitas no causan daño a los árboles hospederos; sin embargo, recientemente se ha demostrado que pueden causar diversos tipos de daño.
La copa de los árboles es un hábitat no muy amigable, ya que está expuesto a variaciones importantes de humedad y temperatura, debido a su exposición directa a la luz del sol y al viento. Debido a ello, las epífitas han desarrollado características morfólogicas y sistemas fisiológicos que les permiten evitar y/o reducir la pérdida de agua (cutículas gruesas), y obtener nutrientes del aire y capturar los que son liberados por los árboles (hojarasca y detritos).
Las epífitas mantienen un sin número de interacciones con diversos animales. Por un lado, al capturar materia orgánica y agua en sus estructuras vegetativas o entre las raíces, permiten la existencia de animales que participan en la liberación de nutrientes. Por otro lado, algunas orquídeas epífitas presentan complicados mecanismos de polinización (v.gr., por engaño), que las hace ser dependientes específicas del comportamiento de una determinada especie de abeja. Finalmente, aunque la dispersión de las semillas de muchas epífitas se debe al viento, algunas requieren que vertebrados (v.gr., aves) se alimenten de los frutos, y depositen las semillas en otro árboles o ramas.