Las principales características de la Baja Edad Media fueron las siguientes:
La introducción del arado de vertedera, la rotación trienal, los molinos de viento y otras innovaciones tecnológicas que impulsaron un aumento significativo de la productividad agrícola.
El resurgimiento del comercio entre Occidente y Oriente, hegemonizado por los comerciantes genoveses y venecianos que importaban especias y productos de lujo de India, China e Indochina.
El auge de las ferias medievales, en especial de las ferias de Champaña en el centro de Francia. Estas ferias, en las que se vendían pieles, especias, cueros y textiles, entre otros productos, fueron uno de los motores de la reactivación económica de la Europa feudal.
El repoblamiento y expansión de las ciudades que crecieron más allá de las murallas de la Alta Edad Media, debido al aumento demográfico y el desarrollo del comercio y las artesanías.
Las peregrinaciones cristianas hacia Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela.
El paulatino desarrollo de la burguesía, un sector social surgido entre los habitantes de los burgos o ciudades. Este sector no formaba parte de la estructura social dividida en 3 órdenes característicos, propia del mundo feudal (clero, nobles, campesinos).
La crisis de la Iglesia romana, que debió enfrentar la expansión de varios movimientos que cuestionaban los dogmas cristianos (cátaros, husitas), el Papado de Aviñón y el Gran Cisma de Occidente.
El paulatino fortalecimiento de la autoridad real en detrimento del poder de los señores feudales. Este proceso fue posibilitado por el debilitamiento de la nobleza rural y el ascenso de familias burguesas, las cuales proporcionaron el apoyo financiero que los reyes necesitaban para reclutar ejércitos de mercenarios, con los que someter a los poderes locales.
Respuesta:
Las principales características de la Baja Edad Media fueron las siguientes:
La introducción del arado de vertedera, la rotación trienal, los molinos de viento y otras innovaciones tecnológicas que impulsaron un aumento significativo de la productividad agrícola.
El resurgimiento del comercio entre Occidente y Oriente, hegemonizado por los comerciantes genoveses y venecianos que importaban especias y productos de lujo de India, China e Indochina.
El auge de las ferias medievales, en especial de las ferias de Champaña en el centro de Francia. Estas ferias, en las que se vendían pieles, especias, cueros y textiles, entre otros productos, fueron uno de los motores de la reactivación económica de la Europa feudal.
El repoblamiento y expansión de las ciudades que crecieron más allá de las murallas de la Alta Edad Media, debido al aumento demográfico y el desarrollo del comercio y las artesanías.
Las peregrinaciones cristianas hacia Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela.
El paulatino desarrollo de la burguesía, un sector social surgido entre los habitantes de los burgos o ciudades. Este sector no formaba parte de la estructura social dividida en 3 órdenes característicos, propia del mundo feudal (clero, nobles, campesinos).
La crisis de la Iglesia romana, que debió enfrentar la expansión de varios movimientos que cuestionaban los dogmas cristianos (cátaros, husitas), el Papado de Aviñón y el Gran Cisma de Occidente.
El paulatino fortalecimiento de la autoridad real en detrimento del poder de los señores feudales. Este proceso fue posibilitado por el debilitamiento de la nobleza rural y el ascenso de familias burguesas, las cuales proporcionaron el apoyo financiero que los reyes necesitaban para reclutar ejércitos de mercenarios, con los que someter a los poderes locales.