El cerebral Hugo Moncayo y y el inspirado “Viejo” Guerra fueron amigazos.
Juntos hicieron “Secretos”, dedicado a la esposa de Hugo Moncayo, doña Blanca Calle Solano de la Sala (ver anterior número de “Familia”), quien está hoy en los 102 años y nos proporcionó los detalles del nacimiento de “esta guitarra vieja”.
“Secretos” dice en su primer verso: ¡Serás como la sombra en el recio verano como la voz del mar en la estéril llanura traerás tibio para mi frente helada y la caricia fresca para mi fiebre oculta!
Hugo Moncayo fue poeta, escritor pero sobre todo embajador en Francia, Argentina, Panamá, Bolivia y Colombia. Rector del Mejía, fundador del Grupo América y miembro de la Academia de Historia y de la Academia de la Lengua.
Guerra fue autor de una veintena de hermosas canciones entre ellas de “Esta pena mía” (la música) y tuvo diversos trabajos.
Pero “Esta guitarra vieja”, especialmente, contribuyó a perennizar sus nombres.
Fueron tan quiteños que Hugo Moncayo fue el autor, a los 27 años, de la evocación romántica “San Francisco de Quito” que termina diciendo:
“Tus cholas remilgadas viven policromías-tus lúbricas guitarras cantan coplas de amor.-Las piedras de tus calles saben galanterías...-Eres Quito, un poema de piedra y de color”. (JR)
El cerebral Hugo Moncayo y y el inspirado “Viejo” Guerra fueron amigazos.
Juntos hicieron “Secretos”, dedicado a la esposa de Hugo Moncayo, doña Blanca Calle Solano de la Sala (ver anterior número de “Familia”), quien está hoy en los 102 años y nos proporcionó los detalles del nacimiento de “esta guitarra vieja”.
“Secretos” dice en su primer verso: ¡Serás como la sombra en el recio verano como la voz del mar en la estéril llanura traerás tibio para mi frente helada
y la caricia fresca para mi fiebre oculta!
Hugo Moncayo fue poeta, escritor pero sobre todo embajador en Francia, Argentina, Panamá, Bolivia y Colombia. Rector del Mejía, fundador del Grupo América y miembro de la Academia de Historia y de la Academia de la Lengua.
Guerra fue autor de una veintena de hermosas canciones entre ellas de “Esta pena mía” (la música) y tuvo diversos trabajos.
Pero “Esta guitarra vieja”, especialmente, contribuyó a perennizar sus nombres.
Fueron tan quiteños que Hugo Moncayo fue el autor, a los 27 años, de la evocación romántica “San Francisco de Quito” que termina diciendo:
“Tus cholas remilgadas viven policromías-tus lúbricas guitarras cantan coplas de amor.-Las piedras de tus calles saben galanterías...-Eres Quito, un poema de piedra y de color”. (JR)