MamerTa22Hammurabi Rey de Babilonia Su reinado representó la ascensión de Babilonia y de los nómadas amorreos, que se habían instalado en la región, a una posición preponderante entre las ciudades de Mesopotamia. Hammurabi se dedicó a asegurar sus posesiones frente a las apetencias territoriales de la ciudad de Larsa y de su rey Rim-Sin, por lo que sus primeras campañas militares se orientaron hacia el sur. El séptimo año de su reinado, Hammurabi ya le había arrebatado a su rival dos de sus más importantes posesiones: Isin y Uruk. El poder de Babilonia se había incrementado de tal forma con la concentración de ciudades en su bando, que rápidamente se formó una coalición de ciudades del Tigris, para hacerle frente. En la subsiguiente guerra de los Dos Ríos, la coalición del Tigris fue derrotada y en el año trigesimoprimero de su reinado Hammurabi se autoproclamó rey de Sumer y Akkad, título que simbolizaba el dominio sobre Mesopotamia. Esto no detuvo sus campañas expansionistas, en las que derrotó a las ciudades de Mari, Malgium y Subartu (Asiria). Su obra legislativa culminó con el código que lleva su nombre, una compilación de leyes y jurisprudencia ya vigente, en algunos casos puesta al día, que sirvió como modelo para muchos otros códigos posteriores. A su muerte sobrevino un período de anarquía en el que varios personajes, que aparecen mencionados en las fuentes como «hijos de nadie» -haciendo quizá referencia a su nula vinculación familiar con el rey-, se disputaron el trono.
Rey de Babilonia
Su reinado representó la ascensión de Babilonia y de los nómadas amorreos, que se habían instalado en la región, a una posición preponderante entre las ciudades de Mesopotamia. Hammurabi se dedicó a asegurar sus posesiones frente a las apetencias territoriales de la ciudad de Larsa y de su rey Rim-Sin, por lo que sus primeras campañas militares se orientaron hacia el sur. El séptimo año de su reinado, Hammurabi ya le había arrebatado a su rival dos de sus más importantes posesiones: Isin y Uruk.
El poder de Babilonia se había incrementado de tal forma con la concentración de ciudades en su bando, que rápidamente se formó una coalición de ciudades del Tigris, para hacerle frente. En la subsiguiente guerra de los Dos Ríos, la coalición del Tigris fue derrotada y en el año trigesimoprimero de su reinado Hammurabi se autoproclamó rey de Sumer y Akkad, título que simbolizaba el dominio sobre Mesopotamia. Esto no detuvo sus campañas expansionistas, en las que derrotó a las ciudades de Mari, Malgium y Subartu (Asiria).
Su obra legislativa culminó con el código que lleva su nombre, una compilación de leyes y jurisprudencia ya vigente, en algunos casos puesta al día, que sirvió como modelo para muchos otros códigos posteriores.
A su muerte sobrevino un período de anarquía en el que varios personajes, que aparecen mencionados en las fuentes como «hijos de nadie» -haciendo quizá referencia a su nula vinculación familiar con el rey-, se disputaron el trono.