“Adiós a personas pobres, enfermas y ancianas. La tierra ha suspirado su penúltima voluntad”, un jisei no ku (poema de despedida) que nos deja boquiabiertos, sin fuerzas, bajo estado de shock. Este poema, de tradición nipona, se suele escribir poco antes de la muerte de su autor. Las palabras nos dan una sensación de ‘dejà-vu’, nos recuerdan lo que hemos vivido en las últimas semanas.
Estos dos meses de confinamiento nos han permitido reflexionar sobre epidemias pasadas, actuales y futuras. Por ejemplo, de las epidemias más recientes de ébola (en África del oeste y en la República Democrática del Congo) podemos delinear rasgos comunes de una respuesta eficaz. Para empezar, la importancia de actuar de manera rápida y contundente, y contar con los recursos humanos y logísticos necesarios para detectar cuanto antes los casos e identificar y aislar a sus contactos.
Estos dos meses de confinamiento nos han permitido reflexionar sobre epidemias pasadas, actuales y futuras. Por ejemplo, de las epidemias más recientes de ébola, podemos delinear rasgos comunes de una respuesta eficaz
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La formación de recursos humanos en número suficiente (incluyendo la formación de sanitarios en medidas de prevención y control de infecciones), la planificación logística (espacios físicos, ejercicios de simulación, etc.), la colaboración entre los países afectados, y la necesidad de impulsar la investigación y desarrollo también son lecciones que surgen de epidemias pasadas.
La pandemia actual acabará, tarde o temprano. Más temprano si logramos desarrollar en los próximos meses una vacuna o un tratamiento eficaz. Más tarde si solo nos preocupamos por lo que sucede dentro de nuestras fronteras y quedan países o poblaciones sin acceso a dicha vacuna o tratamiento. Mientras tanto, nos esperan varios meses de “danza” con el virus, durante el cual tendremos que relajar o endurecer las intervenciones no farmacéuticas, incluyendo las medidas de distanciamiento físico (que no social). De cara al futuro, la capacidad de respuesta y de preparación a nuevos brotes por virus –ya sean conocidos o desconocidos–dependerá en gran medida de “las 3 C”: Coordinación, Colaboración y Cambio de comportamiento de la sociedad:
Coordinación de la respuesta más allá del sector sanitario
La pandemia actual no es solo una crisis sanitaria, sino una crisis multisectorial. Por lo tanto, es necesario establecer los mecanismos para garantizar una respuesta coordinada entre diferentes sectores y actores (políticos, sociales, económicos) tanto a nivel nacional como internacional para mitigar los efectos de esta y futuras crisis. A nivel global, es urgente reforzar el rol de organismos multilaterales, empezando por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La OMS debe ser la principal coordinadora de la respuesta y preparación frente a las crisis sanitarias. Ciertamente, su actuación frente a esta u otras pandemias no ha sido impecable, pero es el único organismo global con la misión, alcance e infraestructura necesarias. El problema actual de la OMS no es solo la falta de recursos, sino su falta de independencia y autoridad –está sujeta a los “caprichos” de los países que le dan dichos recursos, incluyendo China y EE.UU., y limitada por el carácter no vinculante de sus recomendaciones–. En este sentido, debe poder penalizarse el no cumplimiento del reglamento sanitario internacional por parte de los países firmantes.
Colaboración
Esta crisis nos afecta a todos y no hay espacio para ningún tipo de competencia en la carrera hacia la vacuna o un tratamiento eficaz. La buena noticia es que, desde que por primera vez se describió el virus a inicios de enero hasta ahora, el conocimiento científico sobre el mismo ha avanzado a un ritmo sin precedentes , y se han desarrollado plataformas que promueven el intercambio y acceso abierto a dicha información . Así mismo, en un tiempo récord se han lanzado ensayos clínicos para probar la eficacia de fármacos ya existentes y aprobados (la OMS está coordinando un ensayo global para probar la eficacia de cuatro tratamientos) y se han comenzado ensayos de fase 1 para varias vacunas candidatas. En todo momento debemos permanecer vigilantes frente a las farmacéuticas que intenten comercializar “fármacos milagro” contra el virus. Finalmente, debemos asegurarnos que, una vez se tenga un tratamiento o vacuna eficacesCambio de comportamiento social
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nurielre
Dije que cumpla con las rimas y cuartetos y tercetos
Respuesta:
“Adiós a personas pobres, enfermas y ancianas. La tierra ha suspirado su penúltima voluntad”, un jisei no ku (poema de despedida) que nos deja boquiabiertos, sin fuerzas, bajo estado de shock. Este poema, de tradición nipona, se suele escribir poco antes de la muerte de su autor. Las palabras nos dan una sensación de ‘dejà-vu’, nos recuerdan lo que hemos vivido en las últimas semanas.
Estos dos meses de confinamiento nos han permitido reflexionar sobre epidemias pasadas, actuales y futuras. Por ejemplo, de las epidemias más recientes de ébola (en África del oeste y en la República Democrática del Congo) podemos delinear rasgos comunes de una respuesta eficaz. Para empezar, la importancia de actuar de manera rápida y contundente, y contar con los recursos humanos y logísticos necesarios para detectar cuanto antes los casos e identificar y aislar a sus contactos.
Estos dos meses de confinamiento nos han permitido reflexionar sobre epidemias pasadas, actuales y futuras. Por ejemplo, de las epidemias más recientes de ébola, podemos delinear rasgos comunes de una respuesta eficaz
Mantente al día de las novedades científicas sobre COVID-19 y otros temas clave de salud global. Clica aquí para recibir actualizaciones de ISGlobal por email.
La formación de recursos humanos en número suficiente (incluyendo la formación de sanitarios en medidas de prevención y control de infecciones), la planificación logística (espacios físicos, ejercicios de simulación, etc.), la colaboración entre los países afectados, y la necesidad de impulsar la investigación y desarrollo también son lecciones que surgen de epidemias pasadas.
La pandemia actual acabará, tarde o temprano. Más temprano si logramos desarrollar en los próximos meses una vacuna o un tratamiento eficaz. Más tarde si solo nos preocupamos por lo que sucede dentro de nuestras fronteras y quedan países o poblaciones sin acceso a dicha vacuna o tratamiento. Mientras tanto, nos esperan varios meses de “danza” con el virus, durante el cual tendremos que relajar o endurecer las intervenciones no farmacéuticas, incluyendo las medidas de distanciamiento físico (que no social). De cara al futuro, la capacidad de respuesta y de preparación a nuevos brotes por virus –ya sean conocidos o desconocidos–dependerá en gran medida de “las 3 C”: Coordinación, Colaboración y Cambio de comportamiento de la sociedad:
Coordinación de la respuesta más allá del sector sanitario
La pandemia actual no es solo una crisis sanitaria, sino una crisis multisectorial. Por lo tanto, es necesario establecer los mecanismos para garantizar una respuesta coordinada entre diferentes sectores y actores (políticos, sociales, económicos) tanto a nivel nacional como internacional para mitigar los efectos de esta y futuras crisis. A nivel global, es urgente reforzar el rol de organismos multilaterales, empezando por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La OMS debe ser la principal coordinadora de la respuesta y preparación frente a las crisis sanitarias. Ciertamente, su actuación frente a esta u otras pandemias no ha sido impecable, pero es el único organismo global con la misión, alcance e infraestructura necesarias. El problema actual de la OMS no es solo la falta de recursos, sino su falta de independencia y autoridad –está sujeta a los “caprichos” de los países que le dan dichos recursos, incluyendo China y EE.UU., y limitada por el carácter no vinculante de sus recomendaciones–. En este sentido, debe poder penalizarse el no cumplimiento del reglamento sanitario internacional por parte de los países firmantes.
Colaboración
Esta crisis nos afecta a todos y no hay espacio para ningún tipo de competencia en la carrera hacia la vacuna o un tratamiento eficaz. La buena noticia es que, desde que por primera vez se describió el virus a inicios de enero hasta ahora, el conocimiento científico sobre el mismo ha avanzado a un ritmo sin precedentes , y se han desarrollado plataformas que promueven el intercambio y acceso abierto a dicha información . Así mismo, en un tiempo récord se han lanzado ensayos clínicos para probar la eficacia de fármacos ya existentes y aprobados (la OMS está coordinando un ensayo global para probar la eficacia de cuatro tratamientos) y se han comenzado ensayos de fase 1 para varias vacunas candidatas. En todo momento debemos permanecer vigilantes frente a las farmacéuticas que intenten comercializar “fármacos milagro” contra el virus. Finalmente, debemos asegurarnos que, una vez se tenga un tratamiento o vacuna eficacesCambio de comportamiento social