Todo todo es un libro bastante tierno, narrado en primera persona por Madeline, la protagonista. Maddy sufre una enfermedad rara, el “SCID”, que hace que tenga alergia a todo lo que le rodea, por lo que vive en una casa con un aire totalmente purificado y sin ningún contacto con el medio externo. Tiene 18 años, y desde pequeña lleva encerrada en una casa con su madre y su médico, Carla, y excepcionalmente puede entrar su profesor, pero para ello, todo el que quiera entrar en la casa tiene que pasar por una sala para desinfectarse durante un largo periodo de tiempo.
Tiene que ser bastante duro vivir en una situación similar, ver el mundo a través de una ventana, y no poder hacer nada por salir ahí fuera.
Maddy vive en una rutina constante, en una habitación totalmente blanca donde los libros de su estantería son los únicos que le dan color a su habitación y a su vida. Todo transcurría como siempre en su monótona rutina, hasta que llegaron los vecinos nuevos: El padre de la familia, que solo hace que beber, gritar y beber; la madre, quien aguanta al padre día si y día también; Kara, la hija, que para evadirse de la realidad que la rodea, sale a fumar; y Olly, el único que destaca ante los ojos de Maddy, el que realmente le importa, quien pondrá su mundo patas arribas, de una manera u otra, y quien conseguirá sacar lo mejor de ella, aunque sea a través de una pantalla o por la ventana de su habitación.
La madre de Maddy es un caso aparte, y quienes hayáis leído el libro sabréis el por qué. Es una persona que ha sufrido mucho, y que quiere a su hija con todo su corazón, pero esto hace que acabe perdiendo la cabeza y que su vida pierda sentido cuando las cosas se le van de las manos.
Carla, sin embargo, el médico de Maddy, es todo lo contrario, aunque las dos lleven toda la vida con ella, y tratan de protegerla y cuidarla, cada una lo hace de una manera, desde su perspectiva, desde lo que creen que es mejor para ella.
A lo largo de la historia encontraremos anotaciones de Maddy, ilustraciones que hacen más amena la lectura, los capítulos no son muy largos, los hay incluso de media página; la lectura es rapidísima, en un día me lo terminé. Lo único que cambiaría seria el final, me supo a poco, creo que podría haberse alargado unas páginas más sin hacerse tedioso.
Todo todo es un libro bastante tierno, narrado en primera persona por Madeline, la protagonista. Maddy sufre una enfermedad rara, el “SCID”, que hace que tenga alergia a todo lo que le rodea, por lo que vive en una casa con un aire totalmente purificado y sin ningún contacto con el medio externo. Tiene 18 años, y desde pequeña lleva encerrada en una casa con su madre y su médico, Carla, y excepcionalmente puede entrar su profesor, pero para ello, todo el que quiera entrar en la casa tiene que pasar por una sala para desinfectarse durante un largo periodo de tiempo.
Tiene que ser bastante duro vivir en una situación similar, ver el mundo a través de una ventana, y no poder hacer nada por salir ahí fuera.
Maddy vive en una rutina constante, en una habitación totalmente blanca donde los libros de su estantería son los únicos que le dan color a su habitación y a su vida. Todo transcurría como siempre en su monótona rutina, hasta que llegaron los vecinos nuevos: El padre de la familia, que solo hace que beber, gritar y beber; la madre, quien aguanta al padre día si y día también; Kara, la hija, que para evadirse de la realidad que la rodea, sale a fumar; y Olly, el único que destaca ante los ojos de Maddy, el que realmente le importa, quien pondrá su mundo patas arribas, de una manera u otra, y quien conseguirá sacar lo mejor de ella, aunque sea a través de una pantalla o por la ventana de su habitación.
La madre de Maddy es un caso aparte, y quienes hayáis leído el libro sabréis el por qué. Es una persona que ha sufrido mucho, y que quiere a su hija con todo su corazón, pero esto hace que acabe perdiendo la cabeza y que su vida pierda sentido cuando las cosas se le van de las manos.
Carla, sin embargo, el médico de Maddy, es todo lo contrario, aunque las dos lleven toda la vida con ella, y tratan de protegerla y cuidarla, cada una lo hace de una manera, desde su perspectiva, desde lo que creen que es mejor para ella.
A lo largo de la historia encontraremos anotaciones de Maddy, ilustraciones que hacen más amena la lectura, los capítulos no son muy largos, los hay incluso de media página; la lectura es rapidísima, en un día me lo terminé. Lo único que cambiaría seria el final, me supo a poco, creo que podría haberse alargado unas páginas más sin hacerse tedioso.