Además de una correcta presentación, un trabajo de curso ha de tener un contenido serio. Esto no significa que el alumno deba demostrar que sabe más que nadie sobre el tema. A veces ese objetivo impulsa a algunos imprudentes a copiar despiadadamente sin citar las fuentes, es decir: a plagiar. Y eso, como dije citando la ley de propiedad intelectual (1/1996), es denunciable. Hay que aprender a redactar trabajos decentes, meta fácil de conseguir con la práctica.
Las siguientes sugerencias y correcciones guían en el proceso de redacción. Se basan en gran parte en los usos que recomienda la Real Academia de la Lengua, y se contraponen a los errores más frecuentes que he corregido en cuantiosos trabajos de curso universitarios, que incluso sabios intelectuales cometen, aunque luego sea el máximo especialista en una materia de investigación. Lejos de ser propios de la universidad, muchos de esos errores están extendidos por la sociedad gracias a los medios de comunicación. Al cometerse en infinitos círculos poco recomendables desde el punto de vista lingüístico, es difícil combatirlos. Además, según voy comprobando haciendo “trabajo de campo”, muchos de estos errores ya estaban presentes en las películas de los años cincuenta del siglo pasado, sobre todo, en traducciones al español.
Respuesta:
Además de una correcta presentación, un trabajo de curso ha de tener un contenido serio. Esto no significa que el alumno deba demostrar que sabe más que nadie sobre el tema. A veces ese objetivo impulsa a algunos imprudentes a copiar despiadadamente sin citar las fuentes, es decir: a plagiar. Y eso, como dije citando la ley de propiedad intelectual (1/1996), es denunciable. Hay que aprender a redactar trabajos decentes, meta fácil de conseguir con la práctica.
Las siguientes sugerencias y correcciones guían en el proceso de redacción. Se basan en gran parte en los usos que recomienda la Real Academia de la Lengua, y se contraponen a los errores más frecuentes que he corregido en cuantiosos trabajos de curso universitarios, que incluso sabios intelectuales cometen, aunque luego sea el máximo especialista en una materia de investigación. Lejos de ser propios de la universidad, muchos de esos errores están extendidos por la sociedad gracias a los medios de comunicación. Al cometerse en infinitos círculos poco recomendables desde el punto de vista lingüístico, es difícil combatirlos. Además, según voy comprobando haciendo “trabajo de campo”, muchos de estos errores ya estaban presentes en las películas de los años cincuenta del siglo pasado, sobre todo, en traducciones al español.
Explicación: