Su máximo representante y fundador Rubén Dario, esa su vez una reacción contra la lirica romántica. Esta vez la revolución no la va hacer el corazón, ni tampoco la inteligencia. Es una revolución literaria capitaneada por la imagen o fantasía creadora.
Ni que decir tiene, que siendo así las cosas, es una lirica donde entra poco la lógica y donde los sentimientos tratan de evadirse o esconderse en una exuberancia de formas o en una tónica de sentimientos muy despersonalizados.
Su máximo representante y fundador Rubén Dario, esa su vez una reacción contra la lirica romántica. Esta vez la revolución no la va hacer el corazón, ni tampoco la inteligencia. Es una revolución literaria capitaneada por la imagen o fantasía creadora.
Ni que decir tiene, que siendo así las cosas, es una lirica donde entra poco la lógica y donde los sentimientos tratan de evadirse o esconderse en una exuberancia de formas o en una tónica de sentimientos muy despersonalizados.