Stéphane Frédéric Hessel (1917 - 2013) fue diplomático, escritor, embajador, sobreviviente de un campo de concentración nazi y miembro de la Resistencia francesa. Nació en Alemania y se convirtió en ciudadano francés naturalizado en 1939. Llegó a ocupar cargos diplomáticos en la ONU. Entre ellos, observador de la edición de 1948 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Hessel se convirtió en una sensación de la noche a la mañana entre los activistas de izquierda con la publicación de su folleto político Indignez-vous! (¡Indignaos!). En el, entre otras cosas, se denuncia el trato a los inmigrantes ilegales en Francia y a los palestinos en Israel. Al mismo tiempo, pide una acción pública contra la injusticia social y la destrucción del medio ambiente. El folleto se tradujo y se vendió en unos 35 países, entre ellos España (donde el movimiento de desobediencia civil tomó el nombre afín de Los Indignados) y los Estados Unidos (donde el documento fue entregado en algunas manifestaciones del movimiento político Occupy).
En todo su mensaje político Hessel dejó claro que el llamado era a comprometerse y actuar sin odio y sin violencia. El compromiso con el pacifismo debía ser total en la lucha contra el status quo y la acción para lograr la justicia social para todos. Por otro lado, dejó muy claro que no era suficiente con indignarse. Debía haber un acción posterior a este hecho inicial que debía ser siempre un desencadenante de acciones proactivas. En su prédica siempre recalco que la indignación debía preceder al compromiso y a la voluntad para cambiar las cosas. Este cambio debía buscarse a través de la acción colectiva y organizada.
Decía Stéphane Hessel que un mundo justo no era una utopía. Se podría lograr si existía la capacidad de solidaridad con el que más sufre. Lo que había que hacer era indignarse y tomar acciones. Inclusive si esta acciones incluyeran el pagar más impuestos. En sus palabras, recursos había de sobra, lo que faltaba era la voluntad.
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Stéphane Frédéric Hessel (1917 - 2013) fue diplomático, escritor, embajador, sobreviviente de un campo de concentración nazi y miembro de la Resistencia francesa. Nació en Alemania y se convirtió en ciudadano francés naturalizado en 1939. Llegó a ocupar cargos diplomáticos en la ONU. Entre ellos, observador de la edición de 1948 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Hessel se convirtió en una sensación de la noche a la mañana entre los activistas de izquierda con la publicación de su folleto político Indignez-vous! (¡Indignaos!). En el, entre otras cosas, se denuncia el trato a los inmigrantes ilegales en Francia y a los palestinos en Israel. Al mismo tiempo, pide una acción pública contra la injusticia social y la destrucción del medio ambiente. El folleto se tradujo y se vendió en unos 35 países, entre ellos España (donde el movimiento de desobediencia civil tomó el nombre afín de Los Indignados) y los Estados Unidos (donde el documento fue entregado en algunas manifestaciones del movimiento político Occupy).
En todo su mensaje político Hessel dejó claro que el llamado era a comprometerse y actuar sin odio y sin violencia. El compromiso con el pacifismo debía ser total en la lucha contra el status quo y la acción para lograr la justicia social para todos. Por otro lado, dejó muy claro que no era suficiente con indignarse. Debía haber un acción posterior a este hecho inicial que debía ser siempre un desencadenante de acciones proactivas. En su prédica siempre recalco que la indignación debía preceder al compromiso y a la voluntad para cambiar las cosas. Este cambio debía buscarse a través de la acción colectiva y organizada.
Decía Stéphane Hessel que un mundo justo no era una utopía. Se podría lograr si existía la capacidad de solidaridad con el que más sufre. Lo que había que hacer era indignarse y tomar acciones. Inclusive si esta acciones incluyeran el pagar más impuestos. En sus palabras, recursos había de sobra, lo que faltaba era la voluntad.
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