Kon es un antiguo dios costero de la mitología peruana, adorado por culturas como Paracas y Nazca.
Hijo del sol que fue el creador del mundo, dios volador sin huesos ni carne, pero tenía forma humana, era rápido e intrépido. En el principio. Kon creó el mundo y pobló las tierras bajas cercanas al mar con variedad de plantas y animales. Brindó agua y frutos a sus hijos los humanos sin que sientan la necesidad de trabajar su tierra.
Mientras pasaba el tiempo, sus criaturas se olvidaron de su creador, le dejaron de obsequiar ofrendas ya que llegaron a sentirse auto suficientes. Al ver esto, Kon amenazó con castigarlos, pero los humanos dejaron de temerle, entonces el dios los castigó quitándoles las lluvias y transformando las tierras fértiles en inmensos desiertos costeños, dejando sólo algunos ríos para que con esfuerzo pudieran subsistir.
Los habitantes empezaron a morir, cuando Chaklla, un rey del valle del Mantaro que decidió sacrificarse por todos, subió hasta la parte más alta de una coordillera en Ticlio y pidió que lo enterraran dejando un pequeño agujero por donde correrían sus lágrimas, que posteriormente formarían el río Mamaq, ahora llamado el Río Rímac. Su amada, la princesa Kisa, subió hasta el pico de la coordillera de San Pedro de Cata y de la misma manera rogó que le pasara lo mismo que a Chaklla, sus lágrimas formaron el río Santa Eulalia que al converger en un punto con el Río Rímac pudo volver fértil otra vez el valle de Lima.
Desde las tierras del sur llegó Pachacámac, también hijo del Sol, desterró a Kon y destruyó su creación para hacer una nueva generación de hombres y proveerlos de todo lo que necesitaban.
Kon es un antiguo dios costero de la mitología peruana, adorado por culturas como Paracas y Nazca.
Hijo del sol que fue el creador del mundo, dios volador sin huesos ni carne, pero tenía forma humana, era rápido e intrépido. En el principio. Kon creó el mundo y pobló las tierras bajas cercanas al mar con variedad de plantas y animales. Brindó agua y frutos a sus hijos los humanos sin que sientan la necesidad de trabajar su tierra.
Mientras pasaba el tiempo, sus criaturas se olvidaron de su creador, le dejaron de obsequiar ofrendas ya que llegaron a sentirse auto suficientes. Al ver esto, Kon amenazó con castigarlos, pero los humanos dejaron de temerle, entonces el dios los castigó quitándoles las lluvias y transformando las tierras fértiles en inmensos desiertos costeños, dejando sólo algunos ríos para que con esfuerzo pudieran subsistir.
Los habitantes empezaron a morir, cuando Chaklla, un rey del valle del Mantaro que decidió sacrificarse por todos, subió hasta la parte más alta de una coordillera en Ticlio y pidió que lo enterraran dejando un pequeño agujero por donde correrían sus lágrimas, que posteriormente formarían el río Mamaq, ahora llamado el Río Rímac. Su amada, la princesa Kisa, subió hasta el pico de la coordillera de San Pedro de Cata y de la misma manera rogó que le pasara lo mismo que a Chaklla, sus lágrimas formaron el río Santa Eulalia que al converger en un punto con el Río Rímac pudo volver fértil otra vez el valle de Lima.
Desde las tierras del sur llegó Pachacámac, también hijo del Sol, desterró a Kon y destruyó su creación para hacer una nueva generación de hombres y proveerlos de todo lo que necesitaban.
Eso es para religión no para castellano vale la próxima vez intenta poner que es de religión.