Ciranovich
A despertar el alma de Santiago Con la diana triunfal de la batalla. Las Heras va también, el gran Las Heras Empuje de los choques resonantes, Que rompe cuadros, desbarata hileras Con su aguerrido pelotón de infantes; A la vanguardia de sus tropas, sigue Soler, el iniciado del Cerrito, El primero en trepar con osadía Las empinadas cuestas de granito. Lleva a la grupa de las mulas, Plaza, Para hacerse escuchar, la artillería, Temistocles de trueno y la amenaza. Crámer y Conde, con marcial talante, Guían al siete, iniciador de acciones; Portus y Freyre, a la Legión volante De audaces coraceros y dragones; Mandan a los hercúleos granaderos, A cuyo galopar tiembla y chispea La tierra, en polvorosos entreveros, Escalada, Zapiola, Necochea, Y Melián, Olazábal y Lavalle, El que al frente de rápidas patrullas Corre a probar el temple de su corvo En los agrios ribazos de Achupallas. Y aquella armada multitud guerrera Andando, andando, poco a poco sube A la patria del águila altanera, A la tierra del cóndor y la nube, Cual si su intento gigantesco fuera Dominar la amplitud del Continente Desde la última roca de granito, Interrogar al cielo frente a frente, Y sondear la intención del infinito… ¡La Libertad en vuestra acción conga, Anónimos soldados argentinos, Preclaros héroes de la patria mia! Desde el Estrecho al Ecuador lejano, Con la fe de su gloria y sus destinos, Que el misterioso porvenir escuda, Una mitad del mundo americano Al puñado de Apóstoles saluda!
Respuesta:
Rompe en los desfiladeros
el estruendo de un ciclón …
Son ellos, los granaderos
dantescos del escuadrón
de la muerte; los primeros
que escalando los peñones
en un fantástico vuelo
de Pegasos redomones,
empenacharon de cielo
el casco de sus morriones!
¡Son ellos! Bajo la lumbre
del firmamento inmediato
revuelan de cumbre en cumbre
y ve absorto el Tupungato,
una alada muchedumbre
que trepa por la ladera
purpurada de arrebol,
lo mismo que si quisiera
robarse el disco al sol
para usarlo en la bandera!
¡Son ellos! Descenderán
del lado del Occidente;
y las águilas verán
que al retomar el naciente,
por botín de guerra van
conduciendo los atletas,
redención en las pupilas,
luz de las almas inquietas
libertad en las mochilas
y el cielo en las bayonetas!.
Explicación:
Con la diana triunfal de la batalla.
Las Heras va también, el gran Las Heras
Empuje de los choques resonantes,
Que rompe cuadros, desbarata hileras
Con su aguerrido pelotón de infantes;
A la vanguardia de sus tropas, sigue
Soler, el iniciado del Cerrito,
El primero en trepar con osadía
Las empinadas cuestas de granito.
Lleva a la grupa de las mulas, Plaza,
Para hacerse escuchar, la artillería,
Temistocles de trueno y la amenaza.
Crámer y Conde, con marcial talante,
Guían al siete, iniciador de acciones;
Portus y Freyre, a la Legión volante
De audaces coraceros y dragones;
Mandan a los hercúleos granaderos,
A cuyo galopar tiembla y chispea
La tierra, en polvorosos entreveros,
Escalada, Zapiola, Necochea,
Y Melián, Olazábal y Lavalle,
El que al frente de rápidas patrullas
Corre a probar el temple de su corvo
En los agrios ribazos de Achupallas.
Y aquella armada multitud guerrera
Andando, andando, poco a poco sube
A la patria del águila altanera,
A la tierra del cóndor y la nube,
Cual si su intento gigantesco fuera
Dominar la amplitud del Continente
Desde la última roca de granito,
Interrogar al cielo frente a frente,
Y sondear la intención del infinito…
¡La Libertad en vuestra acción conga,
Anónimos soldados argentinos,
Preclaros héroes de la patria mia!
Desde el Estrecho al Ecuador lejano,
Con la fe de su gloria y sus destinos,
Que el misterioso porvenir escuda,
Una mitad del mundo americano
Al puñado de Apóstoles saluda!