El 28 de enero ante vispera de mi viaje subi a la montaña muy temprano. Braulio enviado por José habia venido a llevarme para que y me despidiera de aquella familia.
Capítulo 42 Lentamente descendió al fondo de la cañada. Solo el canto lejano le las gurries y el rumor del rio turbaban el silencio de la selva.
Capítulo 43 A las 11 de noche del dia 29 estuve velando en mi cuarto hasta que sonó la una de la madrugada. A esta hora empezaba la fecha señalada para mi partida.
Capítulo 44 A las dos semanas de mi arribo a Londres vinieron las primeras cartas de la familia.
Con temblorosa mano las fui abriendo.
Una era de Maria.
Capítulo 45 Cada dos meses me llegaba carta de María y así las fui recibiendo a lo largo de todo el año.
Pero las ultimas reflejaban una melancolía que en vano trate de reanimar con mis escritos temiendo que la congoja dañara su salud.
Capítulo 46 En Panamá recibí carta de María:
"La noticia de tu regreso ha bastado para volverme las fuerzas ya puedo contar los días y sé que cada uno de los que trascurren te acerca más a mi".
"Aprovechando la hermosa mañana de hoy, he pedido a Emma que me llevara al huerto. En la visita a sus rincones más queridos me sentia casi restablecida. Si esto me ocurre ahora ¿cómo no habrá de alentarme cuando vuelva a recorrerlos en tu compañía?"
Los últimos renglones eran casi ilegibles.
Capítulo 47: A las cuatro llamo a mi puerta hacia una hora que yo le esperaba, listo para marchar.
La luna grande en su plenitud descendia el ocaso; y al aparecer abajo las negras nubes que la habían ocultado, baño las selvas distantes los manglares de la ribera y la mar tersa y callada con sus resplandores trémulos y rojos como los que esparcen los blandones de un féretro sobre el pavimento de mármol y los muros de una sala mortuoria.
Capítulo 48: A las tres de la madrugada me despertó Lorenzo: y a los cuatro encomendados a la virgen en las despedidas de Bibiana y su hija, nos embarcamos.
Capítulo 49: Al sentarnos a la mesa hice notar a D... mi propósito de seguir viaje aquella misma tarde, si era posible regándole que allana todos los inconvenientes.
El pareció consultar a Lorenzo el cual informo que las bestias estaban en el pueblo y que la noche era de luna.
Poco después estábamos en camino.
Capítulo 50: Al día siguiente sobre las cuatro de la tarde llegue al alto de las cruces. Y me apeé para pisar el suelo desde, que el para mi mal había dicho adiós a mi tierra nativa.
Volvía a ver el valle del cauca tan hermoso que al tenerlo adelante con toda su esplendidez miraba yo a mi alrededor para convencerme de que no era juguete de un sueño.
Respuesta:En las imágenes está del 1 al 40.
Capitulo 41:
El 28 de enero ante vispera de mi viaje subi a la montaña muy temprano. Braulio enviado por José habia venido a llevarme para que y me despidiera de aquella familia.
Capítulo 42 Lentamente descendió al fondo de la cañada. Solo el canto lejano le las gurries y el rumor del rio turbaban el silencio de la selva.
Capítulo 43 A las 11 de noche del dia 29 estuve velando en mi cuarto hasta que sonó la una de la madrugada. A esta hora empezaba la fecha señalada para mi partida.
Capítulo 44 A las dos semanas de mi arribo a Londres vinieron las primeras cartas de la familia.
Con temblorosa mano las fui abriendo.
Una era de Maria.
Capítulo 45 Cada dos meses me llegaba carta de María y así las fui recibiendo a lo largo de todo el año.
Pero las ultimas reflejaban una melancolía que en vano trate de reanimar con mis escritos temiendo que la congoja dañara su salud.
Capítulo 46 En Panamá recibí carta de María:
"La noticia de tu regreso ha bastado para volverme las fuerzas ya puedo contar los días y sé que cada uno de los que trascurren te acerca más a mi".
"Aprovechando la hermosa mañana de hoy, he pedido a Emma que me llevara al huerto. En la visita a sus rincones más queridos me sentia casi restablecida. Si esto me ocurre ahora ¿cómo no habrá de alentarme cuando vuelva a recorrerlos en tu compañía?"
Los últimos renglones eran casi ilegibles.
Capítulo 47: A las cuatro llamo a mi puerta hacia una hora que yo le esperaba, listo para marchar.
La luna grande en su plenitud descendia el ocaso; y al aparecer abajo las negras nubes que la habían ocultado, baño las selvas distantes los manglares de la ribera y la mar tersa y callada con sus resplandores trémulos y rojos como los que esparcen los blandones de un féretro sobre el pavimento de mármol y los muros de una sala mortuoria.
Capítulo 48: A las tres de la madrugada me despertó Lorenzo: y a los cuatro encomendados a la virgen en las despedidas de Bibiana y su hija, nos embarcamos.
Capítulo 49: Al sentarnos a la mesa hice notar a D... mi propósito de seguir viaje aquella misma tarde, si era posible regándole que allana todos los inconvenientes.
El pareció consultar a Lorenzo el cual informo que las bestias estaban en el pueblo y que la noche era de luna.
Poco después estábamos en camino.
Capítulo 50: Al día siguiente sobre las cuatro de la tarde llegue al alto de las cruces. Y me apeé para pisar el suelo desde, que el para mi mal había dicho adiós a mi tierra nativa.
Volvía a ver el valle del cauca tan hermoso que al tenerlo adelante con toda su esplendidez miraba yo a mi alrededor para convencerme de que no era juguete de un sueño.
.... La respuesta sigue en los comentarios!
Explicación: