Hoy el día ha pasado sin pena ni gloria. La rutina y yo somos una sola persona, aunque ésta me da en cierta manera seguridad. Supongo que en el fondo me da miedo que vengan novedades: me gusta tenerlo todo bajo control. Aún así, algo se contradice en mi interior. Todos queremos sentir nuevas emociones y a mi no me llegan muchas. Me levanto, me ducho, desayuno, voy a mi trabajo, vuelvo y cocino, pasa la tarde, oscurece…
Quizá no ponga nada de mi parte; debería pensar el ello.
10 de febrero
Querido diario:
Hoy el día ha pasado sin pena ni gloria. La rutina y yo somos una sola persona, aunque ésta me da en cierta manera seguridad. Supongo que en el fondo me da miedo que vengan novedades: me gusta tenerlo todo bajo control. Aún así, algo se contradice en mi interior. Todos queremos sentir nuevas emociones y a mi no me llegan muchas. Me levanto, me ducho, desayuno, voy a mi trabajo, vuelvo y cocino, pasa la tarde, oscurece…
Quizá no ponga nada de mi parte; debería pensar el ello.