Neaaaa ayuda Vas a inventarte una saga literaria conformada por tres libros. En una saga el segundo libro es la continuidad del primero, y el tercero la continuidad del segundo. Como las sagas son largas, solo vas a escribir el inicio y el final de cada libro. Recuerda ponerle el nombre a toda la saga y el nombre a cada libro. Observa muy bien el ejemplo al principio de la guia de "Harry Poter".
Este arte empezó siendo oral, oír cuentos era uno de los pasatiempos de las largas veladas de Islandia. Se creó así, en el siglo X, una epopeya en prosa: la saga. La palabra es afín a los verbos sagen y say (decir, y referir) en alemán e inglés. En los banquetes, un rapsoda repetía las sagas.
El artículo de hoy es más bien una reflexión en voz alta que me gustaría hacerme, sin necesidad de que llegue a ninguna conclusión (spoiler). Y me gustaría hacérmela desde dos puntos de vista distintos: desde la lectura y desde la escritura. Creo que no implica lo mismo para un escritor y para un lector el acercamiento a una saga de libros. En cada uno de estos apartados trataré de analizar los pros y los contras que podemos encontrar en este tipo de escritos. Por supuesto, me centraré siempre en sagas de literatura fantástica, ciencia ficción o terror. Lo siento mucho, «En busca del tiempo perdido».
Es importante distinguir entre una saga o un libro dividido en varios volúmenes. Muchas veces el segundo tipo de libros son vendidos como sagas por las editoriales buscando enganchar a determinado público y aumentar el beneficio por venta. Pero, a la larga, se les suele pillar como se pilla a los mentirosos. Hay veces que aunque sea una sola historia se divide en varios libros por volumen o por el tiempo que se tarda en escribirse, como por ejemplo la saga de «Canción de hielo y fuego» de George R.R. Martin.
Las sagas pueden ser trilogías («El señor de los anillos»), muy de moda hace unos años, aunque hoy en día están un poco agotadas, tetralogías, pentalogías, heptalogías (Harry Potter), etclogías… El número de volúmenes que puede tener una saga es indeterminado. Muchas veces no depende ni siquiera de la vida del autor, como vimos con Brandom Sanderson y «La rueda del tiempo».
¿Qué implica para un lector acercarse una saga? Bueno, lo primero que uno piensa al imaginar una saga es un tocho enorme de libros gordos puestos en fila. Y eso implica, aparte de un problema de espacio y de espalda (si no leemos en ebook), un problema enorme de tiempo. Puede que el problema del espacio se solucione con el dispositivo de lectura electrónico, pero el tiempo de lectura sigue siendo el mismo. Además, leer una saga implica, generalmente, un desembolso de dinero superior que leer cualquier otra historia. Desgraciadamente, al menos en España, este problema no lo ha solucionado el lector electrónico de momento. Si no nos importa gastarnos el dinero ni el tiempo, las sagas van a ofrecerte una inmersión completa en el mundo que presentan. Las sagas suelen aprovechar al completo el mundo creado, mientras que una novela autoconclusiva se limitará, obviamente, a mostrarnos esa parte del mundo con la que la trama o el argumento tengan alguna relación. También nos permitirá gozar de una mayor empatía con los personajes y llegar a comprenderlos de una manera global. Además, para los fanáticos de las historias épicas, las sagas suelen contar con una mayor grandeza en sus historias. Sin embargo, sumado a las pegas del tiempo, el dinero y el espacio, las sagas también requieren de una mayor atención del lector ya que suelen tener muchos más personajes y exigen que se lean de una manera determinada y en un tiempo concreto para poder recordar lo que ha sucedido hasta el momento. Mi ideal como lector es que los libros que componen la saga sean un poco autoconclusivos y avancen, además, la trama general. Si solo avanzan la trama general nos encontramos ante las famosas historias simplemente separadas en varios libros de manera comercial. Y si son únicamente autoconclusivos, pueden tomarse y leerse independientemente, por lo que incluso tampoco podrían considerarse sagas.
Para un escritor la cosa cambia. El compromiso establecido a la hora de crear una saga es mayor. Si eres consecuente, tendrás que acabar la historia, aunque con el paso de los años te hayas aburrido de tu mundo, de tus personajes o se te haya ocurrido otra idea que supera las ganas de escribir la primera. Puedes hacerlo, claro, pero si ni siquiera tú eres fiel a tu propia saga, ¿cómo van a serlo tus lectores? Para un escritor novel es un compromiso demasiado grande. ¿Qué pasa si el primer volumen triunfa y te ves encasillado y obligado a escribir volúmenes y volúmenes de la misma historia? No habrás avanzado nada tu escritura y serás siempre el autor de «esos» libros. ¿Y si no triunfa?, ¿qué haces?, ¿la continúas a pesar de que a la gente no le ha gustado y a ti sí?, ¿quién recompensa tanto trabajo? Además, las sagas que se van escribiendo y publicando corren el riesgo de caer en contradicciones de creación de mundo o encontrarse con problemas irresolubles que obligan a un deux ex machina enorme que arruine quizás más de mil páginas de lectura. Tampoco hay que olvidar el gran trabajo que hay que realizar para generar un mundo coherente que sostenga toda una colección de libros. Eso sí, ninguna novela autoconclusiva puede igual la cantidad de trabajo de creación de mundo que el lector percibe. En las novelas cerradas, el escritor debe sacrificar trabajo de creación de mundo por el bien de la historia, quizás más de la mitad del trabajo, pero en las sagas eso no es así. Al ser una historia que
Respuesta:
Este arte empezó siendo oral, oír cuentos era uno de los pasatiempos de las largas veladas de Islandia. Se creó así, en el siglo X, una epopeya en prosa: la saga. La palabra es afín a los verbos sagen y say (decir, y referir) en alemán e inglés. En los banquetes, un rapsoda repetía las sagas.
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El artículo de hoy es más bien una reflexión en voz alta que me gustaría hacerme, sin necesidad de que llegue a ninguna conclusión (spoiler). Y me gustaría hacérmela desde dos puntos de vista distintos: desde la lectura y desde la escritura. Creo que no implica lo mismo para un escritor y para un lector el acercamiento a una saga de libros. En cada uno de estos apartados trataré de analizar los pros y los contras que podemos encontrar en este tipo de escritos. Por supuesto, me centraré siempre en sagas de literatura fantástica, ciencia ficción o terror. Lo siento mucho, «En busca del tiempo perdido».
Es importante distinguir entre una saga o un libro dividido en varios volúmenes. Muchas veces el segundo tipo de libros son vendidos como sagas por las editoriales buscando enganchar a determinado público y aumentar el beneficio por venta. Pero, a la larga, se les suele pillar como se pilla a los mentirosos. Hay veces que aunque sea una sola historia se divide en varios libros por volumen o por el tiempo que se tarda en escribirse, como por ejemplo la saga de «Canción de hielo y fuego» de George R.R. Martin.
Las sagas pueden ser trilogías («El señor de los anillos»), muy de moda hace unos años, aunque hoy en día están un poco agotadas, tetralogías, pentalogías, heptalogías (Harry Potter), etclogías… El número de volúmenes que puede tener una saga es indeterminado. Muchas veces no depende ni siquiera de la vida del autor, como vimos con Brandom Sanderson y «La rueda del tiempo».
¿Qué implica para un lector acercarse una saga? Bueno, lo primero que uno piensa al imaginar una saga es un tocho enorme de libros gordos puestos en fila. Y eso implica, aparte de un problema de espacio y de espalda (si no leemos en ebook), un problema enorme de tiempo. Puede que el problema del espacio se solucione con el dispositivo de lectura electrónico, pero el tiempo de lectura sigue siendo el mismo. Además, leer una saga implica, generalmente, un desembolso de dinero superior que leer cualquier otra historia. Desgraciadamente, al menos en España, este problema no lo ha solucionado el lector electrónico de momento. Si no nos importa gastarnos el dinero ni el tiempo, las sagas van a ofrecerte una inmersión completa en el mundo que presentan. Las sagas suelen aprovechar al completo el mundo creado, mientras que una novela autoconclusiva se limitará, obviamente, a mostrarnos esa parte del mundo con la que la trama o el argumento tengan alguna relación. También nos permitirá gozar de una mayor empatía con los personajes y llegar a comprenderlos de una manera global. Además, para los fanáticos de las historias épicas, las sagas suelen contar con una mayor grandeza en sus historias. Sin embargo, sumado a las pegas del tiempo, el dinero y el espacio, las sagas también requieren de una mayor atención del lector ya que suelen tener muchos más personajes y exigen que se lean de una manera determinada y en un tiempo concreto para poder recordar lo que ha sucedido hasta el momento. Mi ideal como lector es que los libros que componen la saga sean un poco autoconclusivos y avancen, además, la trama general. Si solo avanzan la trama general nos encontramos ante las famosas historias simplemente separadas en varios libros de manera comercial. Y si son únicamente autoconclusivos, pueden tomarse y leerse independientemente, por lo que incluso tampoco podrían considerarse sagas.
Para un escritor la cosa cambia. El compromiso establecido a la hora de crear una saga es mayor. Si eres consecuente, tendrás que acabar la historia, aunque con el paso de los años te hayas aburrido de tu mundo, de tus personajes o se te haya ocurrido otra idea que supera las ganas de escribir la primera. Puedes hacerlo, claro, pero si ni siquiera tú eres fiel a tu propia saga, ¿cómo van a serlo tus lectores? Para un escritor novel es un compromiso demasiado grande. ¿Qué pasa si el primer volumen triunfa y te ves encasillado y obligado a escribir volúmenes y volúmenes de la misma historia? No habrás avanzado nada tu escritura y serás siempre el autor de «esos» libros. ¿Y si no triunfa?, ¿qué haces?, ¿la continúas a pesar de que a la gente no le ha gustado y a ti sí?, ¿quién recompensa tanto trabajo? Además, las sagas que se van escribiendo y publicando corren el riesgo de caer en contradicciones de creación de mundo o encontrarse con problemas irresolubles que obligan a un deux ex machina enorme que arruine quizás más de mil páginas de lectura. Tampoco hay que olvidar el gran trabajo que hay que realizar para generar un mundo coherente que sostenga toda una colección de libros. Eso sí, ninguna novela autoconclusiva puede igual la cantidad de trabajo de creación de mundo que el lector percibe. En las novelas cerradas, el escritor debe sacrificar trabajo de creación de mundo por el bien de la historia, quizás más de la mitad del trabajo, pero en las sagas eso no es así. Al ser una historia que
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