El relato y más concretamente el microrrelato es un género literario que ha ido conquistando adeptos y adictos al ingenio y a la pirueta mental, a la elipsis y a los silencios, al doble sentido y a los juegos de palabras… El relato ha alcanzado cotas de maestría muy elevadas y, tal vez, ha topado (como otros géneros «menores») con un techo de cristal.
Pero he aquí que el mundo de la literatura infantil y juvenil (LIJ para amigos y enemigos…) llega sin complejos y sin modelos demasiado rígidos e invade el terreno (algo elitista hay que decirlo) del microrrelato, lo hace bailar con el álbum ilustrado, lo salpica de humor y un punto de absurdo… y lo ofrece (con más miedo que sensatez) al público más feroz y más fértil: los niños.
Y he aquí que a veces brotan (como brotan los secretos, calladamente y sin sentir) pequeños bosques llenos de grandes historias. Y he aquí que aparecen libros (o cuentos…) como El secreto de Sofía.
Sofía es una niña que cree no tener secretos. Su abuelo le enseña que los secretos andan escondidos en los pliegues de las cosas, que el misterio se esconde en lo cotidiano, que la magia habita la casa como una anciana sabia y poderosa. Una colección de cuentos-relatos-divertimentos… acerca de los objetos que pueblan el mundo de los niños. Un puñado de historias arrojadas al viento de la fantasía de niños y mayores dispuestas a dejarse leer, reír, interpretar, re-interpretar, reescribir, disfrutar.
El relato llevado al mundo de los niños. Donde los abuelos son (aún) superhéroes que conocen todos los misterios. Donde los dibujos de los niños (aún más pequeños) encierran tesoros. Donde lo cotidiano se desvela como mágico. Donde la magia se esconde en los rincones. El relato llevado al mundo de los niños. Con un lenguaje sencillo y una intención compleja. Con palabras fáciles que encierran ideas imposibles.
Historias que pueblan el universo de Niñocactus… no se pierdan su blog Borrón y cuento nuevo.
Y aunque uno se acuerda de Cortázar, de Borges, de Iwasaki o de Neuman… también le huelen estos cuentos a Nesquens, a Lalana, a Dahl y hasta a Rodari. Un cierto humor absurdo, la ternura surrealista que puebla los sueños de los niños… se cuela también en los relatos de El secreto de Sofía.
Las ilustraciones de Degliuomini acompañan los textos como aquella antigua técnica de la fotopalabra. Una imagen que cuenta su propia historia y a la vez anda escondida en medio del relato (in media res… :)), dando pistas, señalando con X lugares en un mapa. Además las ilustraciones son tan leves que parece que escapan de las hermosas páginas del álbum. La obra entera de esta autora argentina es de una delicadeza y una ternura exquisitas… Pueden VER y DISFRUTAR más AQUÍ.
El secreto de Sofía es un libro-juego. Un libro-puzzle. Un libro laberinto. Las historias encajan formando un todo. El hilo conductor (Sofía) aparece de fondo -solo a veces- como un vínculo invisible. Un mosaico, un collage. Una vidriera llena de detalles encantadores. La rana en la catedral de Salamanca… Todo eso son los cuentos de Sofía. Textos que atraviesan la verdad y los objetos. Historias entre la realidad y la fantasía, objetos que hablan, que bailan, que sufren, que añoran… Realismo mágico o mejor… ejercicio práctico de la Gramática de la Fantasía.
Un libro exigente para los adultos y lleno de misterio para los niños. Un libro valiente que espera ser abierto, descubierto, revelado: como los secretos.
Respuesta:
El relato y más concretamente el microrrelato es un género literario que ha ido conquistando adeptos y adictos al ingenio y a la pirueta mental, a la elipsis y a los silencios, al doble sentido y a los juegos de palabras… El relato ha alcanzado cotas de maestría muy elevadas y, tal vez, ha topado (como otros géneros «menores») con un techo de cristal.
Pero he aquí que el mundo de la literatura infantil y juvenil (LIJ para amigos y enemigos…) llega sin complejos y sin modelos demasiado rígidos e invade el terreno (algo elitista hay que decirlo) del microrrelato, lo hace bailar con el álbum ilustrado, lo salpica de humor y un punto de absurdo… y lo ofrece (con más miedo que sensatez) al público más feroz y más fértil: los niños.
Y he aquí que a veces brotan (como brotan los secretos, calladamente y sin sentir) pequeños bosques llenos de grandes historias. Y he aquí que aparecen libros (o cuentos…) como El secreto de Sofía.
Sofía es una niña que cree no tener secretos. Su abuelo le enseña que los secretos andan escondidos en los pliegues de las cosas, que el misterio se esconde en lo cotidiano, que la magia habita la casa como una anciana sabia y poderosa. Una colección de cuentos-relatos-divertimentos… acerca de los objetos que pueblan el mundo de los niños. Un puñado de historias arrojadas al viento de la fantasía de niños y mayores dispuestas a dejarse leer, reír, interpretar, re-interpretar, reescribir, disfrutar.
El relato llevado al mundo de los niños. Donde los abuelos son (aún) superhéroes que conocen todos los misterios. Donde los dibujos de los niños (aún más pequeños) encierran tesoros. Donde lo cotidiano se desvela como mágico. Donde la magia se esconde en los rincones. El relato llevado al mundo de los niños. Con un lenguaje sencillo y una intención compleja. Con palabras fáciles que encierran ideas imposibles.
Historias que pueblan el universo de Niñocactus… no se pierdan su blog Borrón y cuento nuevo.
Y aunque uno se acuerda de Cortázar, de Borges, de Iwasaki o de Neuman… también le huelen estos cuentos a Nesquens, a Lalana, a Dahl y hasta a Rodari. Un cierto humor absurdo, la ternura surrealista que puebla los sueños de los niños… se cuela también en los relatos de El secreto de Sofía.
Las ilustraciones de Degliuomini acompañan los textos como aquella antigua técnica de la fotopalabra. Una imagen que cuenta su propia historia y a la vez anda escondida en medio del relato (in media res… :)), dando pistas, señalando con X lugares en un mapa. Además las ilustraciones son tan leves que parece que escapan de las hermosas páginas del álbum. La obra entera de esta autora argentina es de una delicadeza y una ternura exquisitas… Pueden VER y DISFRUTAR más AQUÍ.
El secreto de Sofía es un libro-juego. Un libro-puzzle. Un libro laberinto. Las historias encajan formando un todo. El hilo conductor (Sofía) aparece de fondo -solo a veces- como un vínculo invisible. Un mosaico, un collage. Una vidriera llena de detalles encantadores. La rana en la catedral de Salamanca… Todo eso son los cuentos de Sofía. Textos que atraviesan la verdad y los objetos. Historias entre la realidad y la fantasía, objetos que hablan, que bailan, que sufren, que añoran… Realismo mágico o mejor… ejercicio práctico de la Gramática de la Fantasía.
Un libro exigente para los adultos y lleno de misterio para los niños. Un libro valiente que espera ser abierto, descubierto, revelado: como los secretos.
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