Procrastinación - Dejando para pasado mañana lo que podemos hacer hoy
Sin duda esta es una palabra que se ha puesto de moda en los últimos años, sin embargo, es una actividad que seguramente nos ha acompañado a través de los tiempos. Cuando hablamos de procrastinar hablamos de esa actitud que tomamos consciente o inconscientemente de aplazar ciertas actividades, a pesar de que estas puedan ser provechosas para nosotros.
Lo más probable es que todos nos hayamos enfrentado alguna vez en nuestras vidas, con una situación en la que reflexionamos y nos decimos, ¿por qué no hice esto antes? Las consecuencias pueden ser desde un simple sonrojamiento por quedar mal con alguien a quien no le cumplimos, hasta ver en serio riesgo nuestra estabilidad en salud, estudio o trabajo entre otros aspectos, donde por no realizar determinada actividad nos estamos viendo seriamente afectados.
Una forma para iniciar un cambio con esta auto amenaza a nuestra estabilidad, consiste en racionalizar y analizar que tan importante es para nosotros. Si no lo consideramos realmente como una amenaza, lo más probable es que difícilmente encontremos la motivación para hacerle frente y con ello llegar a abandonar esa actitud procrastinadora. El tema importante aquí es que si a la fecha no ha significado un riesgo alto, lo más seguro es que no lo consideremos como amenaza y por ello no actuemos para cambiar, sin embargo el riesgo existe y por ello vale la pena que le dediquemos tiempo a prevenir y empecemos a cambiar esta actitud, antes de darle la oportunidad de convertirse en un gran dolor de cabeza. A continuación veamos unos pasos generales para empezar a analizar nuestra actitud procrastinadora:
Empecemos por analizar, de cuáles situaciones específicas somos en este momento conscientes de que esta postergación ha representado un episodio incómodo o riesgoso en nuestras vidas.
Definamos aspectos importantes de nuestras vidas y clasifiquemos esas situaciones que encontramos anteriormente. Por ejemplo, si no estudiar para un examen puso en peligro la aprobación de una materia, esta situación claramente clasificaría en estudio. Lo mismo para las demás situaciones encontradas en el primer punto
Ahora vamos hacia atrás. Encontrados los aspectos de nuestras vidas que se han visto afectados y teniendo inicialmente como referencia las situaciones planteadas, busquemos otras situaciones que hemos postergado y que han puesto en riesgo la estabilidad del aspecto que estamos analizando. Continuando por este camino, determinemos otros aspectos importantes de nuestra vida y hagamos el mismo ejercicio de buscar situaciones de procrastinación que hayan puesto en riesgo estos aspectos. Siguiendo con el ejemplo del estudio, es posible que encontramos que también nos afectó el hecho de no contribuir a tiempo con trabajos en grupo, lo que influyó también en menor nota para la misma o para alguna otra materia.
Ahora, con esta visión general del peso con el que la postergación ha influido para alejarnos del cumplimiento de nuestras metas, analicemos las razones por las cuales en su momento tomamos la decisión (muchas veces inconsciente) de procrastinar.
Con esta información, trabajemos ahora en definir la motivación que consideremos nos podrá ayudar a que dejemos de procrastinar.
Por último. Establezcamos una programación de las tareas para ayudarnos a realizar control y seguimiento de las actividades propensas a la procrastinación.
Respuesta:
me das corona
Explicación:
Procrastinación - Dejando para pasado mañana lo que podemos hacer hoy
Sin duda esta es una palabra que se ha puesto de moda en los últimos años, sin embargo, es una actividad que seguramente nos ha acompañado a través de los tiempos. Cuando hablamos de procrastinar hablamos de esa actitud que tomamos consciente o inconscientemente de aplazar ciertas actividades, a pesar de que estas puedan ser provechosas para nosotros.
Lo más probable es que todos nos hayamos enfrentado alguna vez en nuestras vidas, con una situación en la que reflexionamos y nos decimos, ¿por qué no hice esto antes? Las consecuencias pueden ser desde un simple sonrojamiento por quedar mal con alguien a quien no le cumplimos, hasta ver en serio riesgo nuestra estabilidad en salud, estudio o trabajo entre otros aspectos, donde por no realizar determinada actividad nos estamos viendo seriamente afectados.
Una forma para iniciar un cambio con esta auto amenaza a nuestra estabilidad, consiste en racionalizar y analizar que tan importante es para nosotros. Si no lo consideramos realmente como una amenaza, lo más probable es que difícilmente encontremos la motivación para hacerle frente y con ello llegar a abandonar esa actitud procrastinadora. El tema importante aquí es que si a la fecha no ha significado un riesgo alto, lo más seguro es que no lo consideremos como amenaza y por ello no actuemos para cambiar, sin embargo el riesgo existe y por ello vale la pena que le dediquemos tiempo a prevenir y empecemos a cambiar esta actitud, antes de darle la oportunidad de convertirse en un gran dolor de cabeza. A continuación veamos unos pasos generales para empezar a analizar nuestra actitud procrastinadora:
Empecemos por analizar, de cuáles situaciones específicas somos en este momento conscientes de que esta postergación ha representado un episodio incómodo o riesgoso en nuestras vidas.
Definamos aspectos importantes de nuestras vidas y clasifiquemos esas situaciones que encontramos anteriormente. Por ejemplo, si no estudiar para un examen puso en peligro la aprobación de una materia, esta situación claramente clasificaría en estudio. Lo mismo para las demás situaciones encontradas en el primer punto
Ahora vamos hacia atrás. Encontrados los aspectos de nuestras vidas que se han visto afectados y teniendo inicialmente como referencia las situaciones planteadas, busquemos otras situaciones que hemos postergado y que han puesto en riesgo la estabilidad del aspecto que estamos analizando. Continuando por este camino, determinemos otros aspectos importantes de nuestra vida y hagamos el mismo ejercicio de buscar situaciones de procrastinación que hayan puesto en riesgo estos aspectos. Siguiendo con el ejemplo del estudio, es posible que encontramos que también nos afectó el hecho de no contribuir a tiempo con trabajos en grupo, lo que influyó también en menor nota para la misma o para alguna otra materia.
Ahora, con esta visión general del peso con el que la postergación ha influido para alejarnos del cumplimiento de nuestras metas, analicemos las razones por las cuales en su momento tomamos la decisión (muchas veces inconsciente) de procrastinar.
Con esta información, trabajemos ahora en definir la motivación que consideremos nos podrá ayudar a que dejemos de procrastinar.
Por último. Establezcamos una programación de las tareas para ayudarnos a realizar control y seguimiento de las actividades propensas a la procrastinación.
Respuesta:
1. Conócete a ti mismo
2. Gestiona de manera efectiva tu tiempo
Explicación:
espero te sirva (^_^)