Las medidas económicas de mitad del siglo XIX llamadas reformas liberales, enfrentaron el poder estatal con el poder de la Iglesia católica, pues afectaron directamente las arcas del clero colombiano. El problema de la inflación
identidades nacionales. Ante la ausencia de poder generada por la confrontación con la metrópoli, su influencia en las instituciones de gobierno llevó a la aparición del caudillismo y retrasó la conformación de un sistema de gobierno parlamentario que permitiera la creación de espacios de negociación política de los conflictos. Bolívar, en particular, se oponía al federalismo, a la división de poderes y a una representación universal. Por tanto, no existieron las condiciones institucionales y políticas necesarias para que el proceso económico se desarrollara de manera dinámica, en los países que antes conformaron la Nueva Granada, al menos durante la primera mitad del siglo XIX. (Thibaud, 2002) La pugna fundamental en los años de la post independencia en los países liberados por Simón Bolívar fue la oposición a formas de gobierno centralistas con un enorme poder concentrado en la presidencia vitalicia del propio Bolívar, quien además podía nombrar a su sucesor, combinado con restricciones de ciudadanía a los que no contaban con propiedad o no sabían leer y escribir, contra unos gobiernos más liberales que contaban con reglas menos restrictivas de participación política. Las fuerzas localistas y regionales que desató la Independencia fueron contenidas por las necesidades militares de los criollos. La guerra de liberación obligó a centrar todos los esfuerzos en fortalecer el ejército y, con ello, a centralizar el incipiente Estado. Una vez expulsados los españoles del territorio que se vendría a denominar La Gran Colombia, pero todavía con un poder realista amenazante en territorio peruano, Venezuela aprobaría su Constitución de Angostura en 1819, muy influida por Simón Bolívar que le introdujo rasgos dictatoriales. Entre estos figuraban la división de ciudadanos entre activos y pasivos (sin derecho a elegir o ser elegidos), acreditar propiedad de 500 pesos para los activos, mientras que el presidente concentraba todos los poderes, pudiendo incluso invalidar sentencias judiciales. Le seguiría la Constitución de Cúcuta en 1821 que federaba a Venezuela, Ecuador y a la República Granadina y que intentaba darse una organización un tanto más liberal y descentralizada que la propuesta por Bolívar. La Constitución de 1821 se inspira en el derecho divino como fuente de soberanía: reconoce la religión católica como única verdadera que acoge y protege. Era muy difícil para los criollos implementar el ideal de la Ilustración sobre establecer instituciones sobre la base de la razón, para lo cual era imprescindible separa al Estado de la religión. Los ciudadanos deben saber leer y escribir a partir de 1840 para participar en elecciones, lo cual fuera de restrictiva reconoce un problema de analfabetismo generalizado, pero además deben tener un patrimonio de 100 pesos o en su defecto una profesión que les permita la independencia, excluyendo de la ciudadanía a jornaleros, arrendatarios y sirvientes. Había un sistema de votación indirecto, mediante electores cantonales cuyos requisitos de propiedad y sapiencia eran mayores. Ellos conformaban asambleas electorales que elegían presidente, senadores departamentales y representantes de provincia, dando lugar a un sistema de votación indirecta, proclive a la manipulación.
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Explicación:
Las medidas económicas de mitad del siglo XIX llamadas reformas liberales, enfrentaron el poder estatal con el poder de la Iglesia católica, pues afectaron directamente las arcas del clero colombiano. El problema de la inflación
Respuesta:
El fuerte impacto que
identidades nacionales. Ante la ausencia de poder generada por la confrontación con la metrópoli, su influencia en las instituciones de gobierno llevó a la aparición del caudillismo y retrasó la conformación de un sistema de gobierno parlamentario que permitiera la creación de espacios de negociación política de los conflictos. Bolívar, en particular, se oponía al federalismo, a la división de poderes y a una representación universal. Por tanto, no existieron las condiciones institucionales y políticas necesarias para que el proceso económico se desarrollara de manera dinámica, en los países que antes conformaron la Nueva Granada, al menos durante la primera mitad del siglo XIX. (Thibaud, 2002) La pugna fundamental en los años de la post independencia en los países liberados por Simón Bolívar fue la oposición a formas de gobierno centralistas con un enorme poder concentrado en la presidencia vitalicia del propio Bolívar, quien además podía nombrar a su sucesor, combinado con restricciones de ciudadanía a los que no contaban con propiedad o no sabían leer y escribir, contra unos gobiernos más liberales que contaban con reglas menos restrictivas de participación política. Las fuerzas localistas y regionales que desató la Independencia fueron contenidas por las necesidades militares de los criollos. La guerra de liberación obligó a centrar todos los esfuerzos en fortalecer el ejército y, con ello, a centralizar el incipiente Estado. Una vez expulsados los españoles del territorio que se vendría a denominar La Gran Colombia, pero todavía con un poder realista amenazante en territorio peruano, Venezuela aprobaría su Constitución de Angostura en 1819, muy influida por Simón Bolívar que le introdujo rasgos dictatoriales. Entre estos figuraban la división de ciudadanos entre activos y pasivos (sin derecho a elegir o ser elegidos), acreditar propiedad de 500 pesos para los activos, mientras que el presidente concentraba todos los poderes, pudiendo incluso invalidar sentencias judiciales. Le seguiría la Constitución de Cúcuta en 1821 que federaba a Venezuela, Ecuador y a la República Granadina y que intentaba darse una organización un tanto más liberal y descentralizada que la propuesta por Bolívar. La Constitución de 1821 se inspira en el derecho divino como fuente de soberanía: reconoce la religión católica como única verdadera que acoge y protege. Era muy difícil para los criollos implementar el ideal de la Ilustración sobre establecer instituciones sobre la base de la razón, para lo cual era imprescindible separa al Estado de la religión. Los ciudadanos deben saber leer y escribir a partir de 1840 para participar en elecciones, lo cual fuera de restrictiva reconoce un problema de analfabetismo generalizado, pero además deben tener un patrimonio de 100 pesos o en su defecto una profesión que les permita la independencia, excluyendo de la ciudadanía a jornaleros, arrendatarios y sirvientes. Había un sistema de votación indirecto, mediante electores cantonales cuyos requisitos de propiedad y sapiencia eran mayores. Ellos conformaban asambleas electorales que elegían presidente, senadores departamentales y representantes de provincia, dando lugar a un sistema de votación indirecta, proclive a la manipulación.