Los sacerdotes religiosos tenían el estatus más privilegiado de la sociedad, por las características teocráticas de gobierno en ambas culturas. En consecuencia, los sacerdotes eran figuras sumamente poderosos.
Luego, en orden descendente, seguían los guerreros, las familias de mayor poder económico, y finalmente, la población humilde conformada por artesanos y agricultores.
Los mexicas -llamados en la historiografía tradicional aztecas- vivieron en Mesoamérica entre 1325 y 1521. Su extensión abarcaba buena parte del sur de México, el occidente de Honduras, y lo que hoy conocemos como Belice, Guatemala, Costa Rica, Nicaragua y El Salvador.
Por su parte, el Imperio inca se desarrolló entre los años 1438 y 1533, y poblaron predominantemente Perú y Ecuador, y secciones aisladas de Bolivia, Chile, Argentina.
Ambos lograron concentrar y optimizar el conocimiento de las culturas mesoamericanas y andinas, y destacaron por la riqueza de sus culturas, los avances tecnológicos, sus afinidades religiosas y la estructura socio-política.
Ambos imperios coexistieron a mediados del siglo XV, y a pesar de las distancias, las características geográficas comunes hicieron que coincidieran en muchos aspectos relativos a la vida diaria.
Ambas civilizaciones eran politeístas, es decir, creían fervientemente y rendían culto a varios dioses.
Tanto mexicas como incas coincidieron en creer en un dios que aludía al sol. En la cultura azteca, el dios del sol recibía el nombre de Tonatiuh; entretanto, los Incas le denominaban Inti.
Para honrar a sus dioses, tanto mexicas como incas ejecutaban sacrificios humanos. Para ello, construyeron templos orientados exclusivamente a realizar ofrendas a sus dioses, y los rituales eran dirigidos por sacerdotes.
Las dos civilizaciones tuvieron gobiernos teocráticos, es decir, los líderes políticos eran las figuras de poder desde el punto de vista religioso. En este modo de gobierno, los lineamientos de estado son fuertemente influenciados por los preceptos religiosos.
Respuesta:
Que los dos grupo son de america
Los sacerdotes religiosos tenían el estatus más privilegiado de la sociedad, por las características teocráticas de gobierno en ambas culturas. En consecuencia, los sacerdotes eran figuras sumamente poderosos.
Luego, en orden descendente, seguían los guerreros, las familias de mayor poder económico, y finalmente, la población humilde conformada por artesanos y agricultores.
Los mexicas -llamados en la historiografía tradicional aztecas- vivieron en Mesoamérica entre 1325 y 1521. Su extensión abarcaba buena parte del sur de México, el occidente de Honduras, y lo que hoy conocemos como Belice, Guatemala, Costa Rica, Nicaragua y El Salvador.
Por su parte, el Imperio inca se desarrolló entre los años 1438 y 1533, y poblaron predominantemente Perú y Ecuador, y secciones aisladas de Bolivia, Chile, Argentina.
Ambos lograron concentrar y optimizar el conocimiento de las culturas mesoamericanas y andinas, y destacaron por la riqueza de sus culturas, los avances tecnológicos, sus afinidades religiosas y la estructura socio-política.
Ambos imperios coexistieron a mediados del siglo XV, y a pesar de las distancias, las características geográficas comunes hicieron que coincidieran en muchos aspectos relativos a la vida diaria.
Ambas civilizaciones eran politeístas, es decir, creían fervientemente y rendían culto a varios dioses.
Tanto mexicas como incas coincidieron en creer en un dios que aludía al sol. En la cultura azteca, el dios del sol recibía el nombre de Tonatiuh; entretanto, los Incas le denominaban Inti.
Para honrar a sus dioses, tanto mexicas como incas ejecutaban sacrificios humanos. Para ello, construyeron templos orientados exclusivamente a realizar ofrendas a sus dioses, y los rituales eran dirigidos por sacerdotes.
Las dos civilizaciones tuvieron gobiernos teocráticos, es decir, los líderes políticos eran las figuras de poder desde el punto de vista religioso. En este modo de gobierno, los lineamientos de estado son fuertemente influenciados por los preceptos religiosos.
espero q te sirva coronita plis