Hace muchos años vivía en un país lejano un joven llamado Samuel. Un día estaba Samuel oyendo una charla que daba el Mago de los Sueños. En ella, el mago decía que cada uno siguiera su sueño sin importarle lo que los demás pensaran, pero Samuel no estaba seguro de si podría cumplir el suyo. Él quería investigar lugares que nadie había pisado aún, pero no sabía cómo hacerlo.
Al día siguiente fue a visitar a una amiga de su infancia, pidiéndole que le ayudara, y ella le ofreció una gran ayuda llevándolo a un lugar que nunca antes había visto. Entonces su amiga dijo:
Tú, Samuel, lo que quieres ser es explorador y no es fácil conseguirlo, ¡pero yo sé que puedes hacerlo!
¿Cómo? – Preguntó Samuel.
Siguiendo a tu corazón.
Estas palabras no las comprendió muy bien Samuel, pero con el paso del tiempo fueron tomando sentido.
El Mago de los Sueños confiaba en que Samuel consiguiera cumplir su sueño, y un día fue a visitarle. Cuando esto ocurrió, el mago ya sabía que Samuel tenía problemas porque no sabía cómo hacerlo, y por eso se ofreció a ayudarle. Samuel lo agradeció tanto que, al final, con ayuda de su gran amigo el Mago de los Sueños, consiguió ser un fantástico explorador.
Tiempo después estaba Samuel un día en un barco, rumbo a un país lejano, y vio reflejada la imagen de su gran amigo sonriéndole en el mar…¡Era el Mago de los Sueños!
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Hace muchos años vivía en un país lejano un joven llamado Samuel. Un día estaba Samuel oyendo una charla que daba el Mago de los Sueños. En ella, el mago decía que cada uno siguiera su sueño sin importarle lo que los demás pensaran, pero Samuel no estaba seguro de si podría cumplir el suyo. Él quería investigar lugares que nadie había pisado aún, pero no sabía cómo hacerlo.
Al día siguiente fue a visitar a una amiga de su infancia, pidiéndole que le ayudara, y ella le ofreció una gran ayuda llevándolo a un lugar que nunca antes había visto. Entonces su amiga dijo:
Tú, Samuel, lo que quieres ser es explorador y no es fácil conseguirlo, ¡pero yo sé que puedes hacerlo!
¿Cómo? – Preguntó Samuel.
Siguiendo a tu corazón.
Estas palabras no las comprendió muy bien Samuel, pero con el paso del tiempo fueron tomando sentido.
El Mago de los Sueños confiaba en que Samuel consiguiera cumplir su sueño, y un día fue a visitarle. Cuando esto ocurrió, el mago ya sabía que Samuel tenía problemas porque no sabía cómo hacerlo, y por eso se ofreció a ayudarle. Samuel lo agradeció tanto que, al final, con ayuda de su gran amigo el Mago de los Sueños, consiguió ser un fantástico explorador.
Tiempo después estaba Samuel un día en un barco, rumbo a un país lejano, y vio reflejada la imagen de su gran amigo sonriéndole en el mar…¡Era el Mago de los Sueños!