ME PONEN LOS ADJETIVOS PORFAVOR DOY 20 PUNTOS Y CORONITA PERO NO RESPONDAN SI NO SABEN:
La calle era terrorifica parecía un túnel oscuro. Donde quiera que ella volteara se veía una niebla terrorifica que comía todo lo que encontraba a su paso. De pronto, Isabela sintió un frio espeluznante y su corazón________ comenzó a acelerarse fuertemente. Todo se torno más obscuro, las calles eran como el aliento de un vampiro deseoso de saborear la______________ sangre de Isabela. A lo lejos, se escuchaba un espantoso carruaje, pero no se lograba ver absolutamente nada. El ruido de los____________ caballos, se escuchaban más cerca cada vez. Isabela decidió esconderse detrás de una Horrible barda que olía a humedad y lodo. Ahí se quedó inmóvil al ver lo que pasaba por enfrente de sus ojos. Era un carruaje dirigido por un__________ chofer, transportaba un Horrorozo féretro. Con la obscuridad no podían apreciarse más detalles, pero ella sabía que algo no estaba bien. De pronto el espantoso carruaje se detuvo, los______________ caballos dejaron de hacer ruido, Isabela deseo no estar ahí y sólo cerró sus________ ojos: esto no podía estar pasándole, no era racional, no tenía una explicación lógica, si ella minutos antes estaba en su ________ butaca, sentada en su clase de español, mientras leía "La niebla". ¿Qué sucedió?, no podia explicárselo, sólo sabía que de repente apareció en esa endemoniada calle.
La calle era terrorifica parecía un túnel oscuro.
Donde quiera que ella volteara se veía una niebla terrorifica que
comía todo lo que encontraba a su paso.
De pronto, Isabela sintió un frio espeluznante y su corazón sombrío
comenzó a acelerarse fuertemente. Todo se torno
más obscuro, las calles eran como el aliento de un vampiro deseoso de
saborear la dulce
sangre de Isabela.
A lo lejos, se escuchaba un espantoso carruaje, pero no se lograba
ver absolutamente nada. El ruido de los estruendosos
caballos se
escuchaban más cerca cada vez. Isabela decidió esconderse detrás de
una Horrible barda que olía a humedad y lodo. Ahí se quedó
inmóvil al ver lo que pasaba por enfrente de sus ojos. Era un carruaje
dirigido por un discreto
chofer, transportaba un Horrorozo
féretro. Con la obscuridad no podían apreciarse más detalles, pero ella
sabía que algo no estaba bien. De pronto el espantoso carruaje se
detuvo, los ruidosos
caballos dejaron de hacer ruido, Isabela deseo
no estar ahí y sólo cerró sus grandes
ojos: esto no podía estar
pasándole, no era racional, no tenía una explicación lógica, si ella
minutos antes estaba en su cómoda butaca, sentada en su clase de español, mientras leía "La niebla". ¿Qué sucedió?, no podia explicárselo,
sólo sabía que de repente apareció en esa endemoniada calle.
¡Éxitos!