Aparri
EL AGUA El agua es uno de los elementos más importantes de la Tierra: de hecho, cubre las tres cuartas partes de nuestro planeta y, sin agua, ningún ser vivo podría vivir. La cantidad total de agua en la Tierra es, más o menos, siempre la misma, pero no está siempre en el mismo sitio. La mayor parte del agua está en los mares y océanos, en los ríos y los lagos, pero también hay agua por debajo del suelo: de allí la sacamos los hombres, cavando agujeros que llamamos pozos. Con el calor del sol, el agua se evapora y asciende por la atmósfera: al llegar a cierta altura, con el frío, el vapor se vuelve a condensar en gotitas de agua, formando así las nubes. Esas nubes se desplazan, empujadas por el viento. Si llegan a algún lugar más frío (por ejemplo, si una montaña les obliga a subir aún más alto) o si las gotitas, al juntarse, aumentan demasiado su volumen, se produce la lluvia: las gotas caen al suelo. Si la capa de aire donde llega la nube es muy fría, las gotitas de agua se cristalizan en copos de nieve. A veces, entre la nube y el suelo se cuela una capa de aire helado: las gotas de agua que caen de la nube, al cruzar ese aire tan frío, se congelan y caen en forma de granizo. Al caer al suelo, el agua de la lluvia o de la nieve, cuando ésta se derrite, va resbalando o se filtra dentro del suelo, siempre hacia abajo. De esta forma, a través de los ríos el agua vuelve al mar y el ciclo vuelve a empezar.
LucasRojas
LA ESTRELLA: Una estrella es todo objeto astronómico que brilla con luz propia. Como se explica más adelante, estas esferas de gas emiten tres formas de energía hacia el espacio, la radiación electromagnética, los neutrinos y el viento estelar y esto es lo que nos permite observar la apariencia de las estrellas en el cielo nocturno como puntos luminosos y, en la gran mayoría de los casos, titilantes.
El agua es uno de los elementos más importantes de la Tierra: de hecho,
cubre las tres cuartas partes de nuestro planeta y, sin agua, ningún ser vivo podría
vivir.
La cantidad total de agua en la Tierra es, más o menos, siempre la misma,
pero no está siempre en el mismo sitio.
La mayor parte del agua está en los mares y océanos, en los ríos y los lagos,
pero también hay agua por debajo del suelo: de allí la sacamos los hombres,
cavando agujeros que llamamos pozos.
Con el calor del sol, el agua se evapora y asciende por la atmósfera: al llegar
a cierta altura, con el frío, el vapor se vuelve a condensar en gotitas de agua,
formando así las nubes.
Esas nubes se desplazan, empujadas por el viento. Si llegan a algún lugar
más frío (por ejemplo, si una montaña les obliga a subir aún más alto) o si las
gotitas, al juntarse, aumentan demasiado su volumen, se produce la lluvia: las
gotas caen al suelo.
Si la capa de aire donde llega la nube es muy fría, las gotitas de agua se
cristalizan en copos de nieve.
A veces, entre la nube y el suelo se cuela una capa de aire helado: las gotas
de agua que caen de la nube, al cruzar ese aire tan frío, se congelan y caen en
forma de granizo.
Al caer al suelo, el agua de la lluvia o de la nieve, cuando ésta se derrite, va
resbalando o se filtra dentro del suelo, siempre hacia abajo.
De esta forma, a través de los ríos el agua vuelve al mar y el ciclo vuelve a
empezar.
Una estrella es todo objeto astronómico que brilla con luz propia. Como se explica más adelante, estas esferas de gas emiten tres formas de energía hacia el espacio, la radiación electromagnética, los neutrinos y el viento estelar y esto es lo que nos permite observar la apariencia de las estrellas en el cielo nocturno como puntos luminosos y, en la gran mayoría de los casos, titilantes.