En la escuela, una parte de las relaciones sociales son relaciones de poder, es decir, relaciones en las que unos tienen la capacidad de influir en la conducta de los otros. Esto ocurre en los grupos de compañeros, en los que suele haber un líder; el las relacione docente-alumnos y directivos-docentes, etc. Además la escuela es un espacio público regulado por el poder político. Tanto las escuelas de gestión pública como las de gestión privada, en mayor menor medida, funcionan según los lineamientos que van estableciendo los gobiernos.
Con la recuperación de la democracia y antes de 1983 comenzaron a replantearse las relaciones de poder en la escuela. El proceso de democratización luego de los años de dictadura militar, alcanzó a la escuela y en ese período resurgieron los centros de estudiantes y los delegados del curso. Por entonces comenzó a pensarse que la participación activa en la elaboración de las reglas y la curación de los espacios de dialogo podían contribuir a mejorar la convivencia. Mas recientemente se formaron en algunas escuelas consejos de convivencia, en los que los representantes de todos los actores sociales de la escuela (padres, profesores, preceptores, directivos y alumnos) se ocupan de la aplicación de las normas y de las sanciones cuando se transgreden esas norma. Es importante destacar que los centros de estudiantes extienden sus preocupaciones mas allá de lo escolar, para comprometerse en otras acciones relacionadas con la comunidad: ayuda en comedores populares, apoyo escolar, acciones solidarias en el barrio, actividades culturales, entre otras.
En la escuela, una parte de las relaciones sociales son relaciones de poder, es decir, relaciones en las que unos tienen la capacidad de influir en la conducta de los otros. Esto ocurre en los grupos de compañeros, en los que suele haber un líder; el las relacione docente-alumnos y directivos-docentes, etc. Además la escuela es un espacio público regulado por el poder político. Tanto las escuelas de gestión pública como las de gestión privada, en mayor menor medida, funcionan según los lineamientos que van estableciendo los gobiernos.
Con la recuperación de la democracia y antes de 1983 comenzaron a replantearse las relaciones de poder en la escuela. El proceso de democratización luego de los años de dictadura militar, alcanzó a la escuela y en ese período resurgieron los centros de estudiantes y los delegados del curso. Por entonces comenzó a pensarse que la participación activa en la elaboración de las reglas y la curación de los espacios de dialogo podían contribuir a mejorar la convivencia. Mas recientemente se formaron en algunas escuelas consejos de convivencia, en los que los representantes de todos los actores sociales de la escuela (padres, profesores, preceptores, directivos y alumnos) se ocupan de la aplicación de las normas y de las sanciones cuando se transgreden esas norma. Es importante destacar que los centros de estudiantes extienden sus preocupaciones mas allá de lo escolar, para comprometerse en otras acciones relacionadas con la comunidad: ayuda en comedores populares, apoyo escolar, acciones solidarias en el barrio, actividades culturales, entre otras.