Diegootfm1
Desde que hay hombres sobre la tierra, existen manifestaciones musicales, pues estas son consecuencia de la necesidad del hombre de comunicarse o de expresar sentimientos. Incluso antes de que el hombre fabricase instrumentos musicales ya hacía música cantando, aplaudiendo o golpeando objetos. La antropología ha demostrado la íntima relación entre la especie humana y la música, y mientras que algunas interpretaciones tradicionales vinculaban su surgimiento a actividades intelectuales vinculadas al concepto de lo sobrenatural (haciéndola cumplir una función de finalidad supersticiosa, mágica o religiosa), actualmente se la relaciona con los rituales de apareamiento y con el trabajo colectivo.1 Esas primeras canciones se harían a base de muchas repeticiones o eran de un ámbito melódico muy limitado, muy cercanas al lenguaje hablado. Se conservan huellas de un cierto lenguaje musical en unos jeroglíficos que indican el ascenso o descenso del sonido mediante el movimiento de la mano. ¿Música?, pues sí, música. Las evidencias son pocas, pero las existentes parecen indicar la existencia de ciertos "instrumentos musicales" ya en la Prehistoria. No hay más que ver los ritmos que en canciones y bailes poseen prácticamente todos los pueblos que hasta nuestros días han conservado un modo de vida muy parecido al de nuestros antepasados. Tambores, flautas, maracas, cánticos, etc, utilizados con fines festivos o religiosos también formaban parte de la vida cotidiana en nuestros orígenes.
Los raspadores son un ejemplo de ello, se trata de lo más básico a la hora de producir sonidos, a parte de dar golpes contra algo o producirlos con la voz. Los raspadores consisten en pequeños fragmentos de huesos con muescas paralelas, que al frotarlas con otro utensilio como una madera o púa producen sonidos. Se halló un raspador de entre 50.000 y 40.000 años originario de Schulen (norte de Bélgica) y se ha descartado que estas marcas se hallan producido por algún animal. Los raspadores son unos objetos muy conocidos y su distribución es prácticamente mundial. Su simplicidad hace que gane puntos a favor en ser uno de los primeros instrumentos inventados. Se han encontrado objetos muy antiguos, del paleolítico medio, con agujeros que recuerdan a flautas, pero los estudios indican que no eran tales porque en este caso sí aparecen las marcas de los colmillos de animales. Se duda mucho de la capacidad simbólica de los neandertales, pero algunos de los restos dejados por ellos hacen cuestionar hasta qué punto podían crear lo que nosotros llamamos música. Las falanges de animales perforadas por ellos (yacimiento de Prolom III, Crimea) pueden haber sido realizados para extraer la médula, pero también para usarlos como silbatos. Pero bueno, sobre todo esto es difícil decir algo y las opiniones están muy enfrentadas, como podrás imaginar. Si fuese cierto que fuesen silbatos puede que se utilizaran para producir sonidos con algún fin práctico, como señuelos en la caza, señales de aviso o imitación de algún animal. En el Paleolítico Superior la cosa cambia por completo, la evidencia de raspadores es clara, como el de la cueva de Pekárna (Moravia) y en el Neolítico ya es incuestionable, tanto en Oriente Próximo como en Europa (Janakavo, Polonia). Flautas y silbatos de 3 a 7 agujeros se han encontrado desde Francia a Rusia con una antigüedad de entre 20.000 y 15.000 años, realizadas en huesos de pájaros, oso o reno. Algunos de estos silbatos están decorados con dibujos grabados. Pero la colección más espectacular de instrumentos musicales del Paleolítico Superior es la del yacimiento de Mezin o Mezhirich (Ucrania), en las casas de mamut , aún en la era glacial. Son instrumentos de percusión realizados con huesos de mamut decorados con ocre, también existe una castañuela y dos maracas de marfil. Parece ser que un grupo de arqueólogos tocaron estos instrumentos e incluso grabaron un disco ¡alucinante!.
Por otro lado están las propiedades acústicas de las cuevas, que seguro pudieron potenciarse en las ceremonias. Algunas estalactitas vibran y emiten sonidos al ser golpeadas por otros objetos. Por ejemplo, en la cueva de Nerja (Málaga - España) se pueden observar las huellas de esta acción en algunas de ellas. En la actualidad en esta cueva se realizan varios conciertos gracias a dichas propiedades acústicas. Pero lo más cercano a nosotros es sin duda el uso de las caracolas marinas. Se han encontrado en varios yacimientos y el soplar por ellas siempre ha tenido una función ceremonial en muchos lugares del mundo, incluso su uso con este fin nos ha llegado hasta hoy. Los silbatos de cerámica con un solo agujero (parecido a las ocarinas) y maracas de arcilla, así como tambores se encuentran en un número mayor a partir del Neolítico.
suoperchrisTodas las culturas tienen manifestaciones musicales. La música está ligada a un grupo social y a sus acontecimientos, y es expresión de éstos últimos.
¿Música?, pues sí, música. Las evidencias son pocas, pero las existentes parecen indicar la existencia de ciertos "instrumentos musicales" ya en la Prehistoria. No hay más que ver los ritmos que en canciones y bailes poseen prácticamente todos los pueblos que hasta nuestros días han conservado un modo de vida muy parecido al de nuestros antepasados. Tambores, flautas, maracas, cánticos, etc, utilizados con fines festivos o religiosos también formaban parte de la vida cotidiana en nuestros orígenes.
Los raspadores son un ejemplo de ello, se trata de lo más básico a la hora de producir sonidos, a parte de dar golpes contra algo o producirlos con la voz. Los raspadores consisten en pequeños fragmentos de huesos con muescas paralelas, que al frotarlas con otro utensilio como una madera o púa producen sonidos. Se halló un raspador de entre 50.000 y 40.000 años originario de Schulen (norte de Bélgica) y se ha descartado que estas marcas se hallan producido por algún animal. Los raspadores son unos objetos muy conocidos y su distribución es prácticamente mundial. Su simplicidad hace que gane puntos a favor en ser uno de los primeros instrumentos inventados.
Se han encontrado objetos muy antiguos, del paleolítico medio, con agujeros que recuerdan a flautas, pero los estudios indican que no eran tales porque en este caso sí aparecen las marcas de los colmillos de animales. Se duda mucho de la capacidad simbólica de los neandertales, pero algunos de los restos dejados por ellos hacen cuestionar hasta qué punto podían crear lo que nosotros llamamos música. Las falanges de animales perforadas por ellos (yacimiento de Prolom III, Crimea) pueden haber sido realizados para extraer la médula, pero también para usarlos como silbatos. Pero bueno, sobre todo esto es difícil decir algo y las opiniones están muy enfrentadas, como podrás imaginar. Si fuese cierto que fuesen silbatos puede que se utilizaran para producir sonidos con algún fin práctico, como señuelos en la caza, señales de aviso o imitación de algún animal.
En el Paleolítico Superior la cosa cambia por completo, la evidencia de raspadores es clara, como el de la cueva de Pekárna (Moravia) y en el Neolítico ya es incuestionable, tanto en Oriente Próximo como en Europa (Janakavo, Polonia). Flautas y silbatos de 3 a 7 agujeros se han encontrado desde Francia a Rusia con una antigüedad de entre 20.000 y 15.000 años, realizadas en huesos de pájaros, oso o reno. Algunos de estos silbatos están decorados con dibujos grabados.
Pero la colección más espectacular de instrumentos musicales del Paleolítico Superior es la del yacimiento de Mezin o Mezhirich (Ucrania), en las casas de mamut , aún en la era glacial. Son instrumentos de percusión realizados con huesos de mamut decorados con ocre, también existe una castañuela y dos maracas de marfil. Parece ser que un grupo de arqueólogos tocaron estos instrumentos e incluso grabaron un disco ¡alucinante!.
Por otro lado están las propiedades acústicas de las cuevas, que seguro pudieron potenciarse en las ceremonias. Algunas estalactitas vibran y emiten sonidos al ser golpeadas por otros objetos. Por ejemplo, en la cueva de Nerja (Málaga - España) se pueden observar las huellas de esta acción en algunas de ellas. En la actualidad en esta cueva se realizan varios conciertos gracias a dichas propiedades acústicas.
Pero lo más cercano a nosotros es sin duda el uso de las caracolas marinas. Se han encontrado en varios yacimientos y el soplar por ellas siempre ha tenido una función ceremonial en muchos lugares del mundo, incluso su uso con este fin nos ha llegado hasta hoy. Los silbatos de cerámica con un solo agujero (parecido a las ocarinas) y maracas de arcilla, así como tambores se encuentran en un número mayor a partir del Neolítico.