Los métodos y resultados de la ciencia experimental desempeñan un papel muy importante en la configuración de la cultura contemporánea. En ocasiones son utilizados para respaldar doctrinas naturalistas que prescinden de la acción divina porque la consideran imposible o inútil a la luz del progreso científico. En las reflexiones que siguen sugiero que el análisis objetivo de ese progreso más bien conduce a la conclusión contraria. Más en concreto, sostengo que el análisis de los supuestos e implicaciones del progreso científico conducen a una perspectiva que es plenamente coherente con la afirmación de un Dios personal creador, con el reconocimiento de las dimensiones espirituales de la persona humana, y con la existencia de valores éticos relacionados con la búsqueda objetiva de la verdad y el servicio a la humanidad.
I
Ciertamente, el naturalismo ha ocupado una posición cada vez más destacada en la cultura contemporánea, bien sea porque se renuncia a plantear los problemas metafísicos, o bien porque se pretende responder a esos problemas mediante la ciencia. Por ejemplo, en relación con la explicación del universo y el problema de la creación, se llega a hablar de una presunta «auto-creación» del universo que habría surgido, de acuerdo con las leyes de la física, a partir de una fluctuación del vacío cuántico: aunque se advierta que el vacío cuántico no es la nada, no faltan quienes encuentran argumentos para interpretar el origen del universo según la cosmología científica como si se tratase de una «creación sin Creador» que hace innecesario el recurso al Dios personal creador y al gobierno divino del universo.
Respuesta:
Los métodos y resultados de la ciencia experimental desempeñan un papel muy importante en la configuración de la cultura contemporánea. En ocasiones son utilizados para respaldar doctrinas naturalistas que prescinden de la acción divina porque la consideran imposible o inútil a la luz del progreso científico. En las reflexiones que siguen sugiero que el análisis objetivo de ese progreso más bien conduce a la conclusión contraria. Más en concreto, sostengo que el análisis de los supuestos e implicaciones del progreso científico conducen a una perspectiva que es plenamente coherente con la afirmación de un Dios personal creador, con el reconocimiento de las dimensiones espirituales de la persona humana, y con la existencia de valores éticos relacionados con la búsqueda objetiva de la verdad y el servicio a la humanidad.
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Ciertamente, el naturalismo ha ocupado una posición cada vez más destacada en la cultura contemporánea, bien sea porque se renuncia a plantear los problemas metafísicos, o bien porque se pretende responder a esos problemas mediante la ciencia. Por ejemplo, en relación con la explicación del universo y el problema de la creación, se llega a hablar de una presunta «auto-creación» del universo que habría surgido, de acuerdo con las leyes de la física, a partir de una fluctuación del vacío cuántico: aunque se advierta que el vacío cuántico no es la nada, no faltan quienes encuentran argumentos para interpretar el origen del universo según la cosmología científica como si se tratase de una «creación sin Creador» que hace innecesario el recurso al Dios personal creador y al gobierno divino del universo.
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