El Congreso de Cúcuta ratificó a Bolívar como presidente de la Gran Colombia y nombró como vicepresidente a Santander. De hecho, Santander fue quien gobernó la Gran Colombia, la mayor parte del tiempo. Bolívar, como presidente, le había delegado el poder mientras estaba liderando la campaña de independencia en el sur.
Durante su existencia, la Gran Colombia afrontó diversas dificultades. La guerra de independencia endeudó al gobierno con los ingleses que, desde 1817, facilitaron préstamos para la campaña militar, y con los comerciantes y los hacendados criollos.
El gobierno de la Gran Colombia no sólo debía actuar para reconstruir la economía y los territorios devastados en la guerra de independencia, sino que además, debía sostener con soldados y dinero, la guerra de independencia en Perú y el Alto Perú (Bolivia), y enfrentar a los reductos realistas en la costa Atlántica, en Pasto y Ecuador.
Las obligaciones fiscales del gobierno grancolombiano eran mayores a los ingresos que percibía, lo cual ocasionaba un severo déficit. Estos problemas fiscales se debían, principalmente, a los gastos militares. Tres cuartas partes de los ingresos del gobierno se gastaban en la milicia. El déficit constante obligaba a solicitar más préstamos para responder por los gastos. Sin embargo, para 1825, los préstamos externos se pararon por problemas financieros en Inglaterra y, en gran parte, porque los ingleses ya sabían que la Gran Colombia no tenía capacidad de pago.
Desde mediados de 1826, la deuda de la Gran Colombia con Inglaterra era prácticamente impagable. Anualmente, el pago de los intereses y la amortización de la deuda ascendían a más de dos millones de pesos, lo cual equivalía a la tercera parte de los ingresos de la República.
La Gran Colombia y sus Problemas
El Congreso de Cúcuta ratificó a Bolívar como presidente de la Gran Colombia y nombró como vicepresidente a Santander. De hecho, Santander fue quien gobernó la Gran Colombia, la mayor parte del tiempo. Bolívar, como presidente, le había delegado el poder mientras estaba liderando la campaña de independencia en el sur.
Durante su existencia, la Gran Colombia afrontó diversas dificultades. La guerra de independencia endeudó al gobierno con los ingleses que, desde 1817, facilitaron préstamos para la campaña militar, y con los comerciantes y los hacendados criollos.
El gobierno de la Gran Colombia no sólo debía actuar para reconstruir la economía y los territorios devastados en la guerra de independencia, sino que además, debía sostener con soldados y dinero, la guerra de independencia en Perú y el Alto Perú (Bolivia), y enfrentar a los reductos realistas en la costa Atlántica, en Pasto y Ecuador.
Las obligaciones fiscales del gobierno grancolombiano eran mayores a los ingresos que percibía, lo cual ocasionaba un severo déficit. Estos problemas fiscales se debían, principalmente, a los gastos militares. Tres cuartas partes de los ingresos del gobierno se gastaban en la milicia. El déficit constante obligaba a solicitar más préstamos para responder por los gastos. Sin embargo, para 1825, los préstamos externos se pararon por problemas financieros en Inglaterra y, en gran parte, porque los ingleses ya sabían que la Gran Colombia no tenía capacidad de pago.
Desde mediados de 1826, la deuda de la Gran Colombia con Inglaterra era prácticamente impagable. Anualmente, el pago de los intereses y la amortización de la deuda ascendían a más de dos millones de pesos, lo cual equivalía a la tercera parte de los ingresos de la República.