En muchas cavernas y ruinas de miles de años de antigüedad, se han encontrado pinturas y pictografías de platillos voladores. Culturas y civilizaciones de aquellas épocas, nos refieren lo mismo en sus leyendas.
Históricamente, existieron civilizaciones en el pasado con un alto grado de conocimiento tecnológico, espiritual, astronómico. Pero no deberíamos sorprendernos, pues desde los orígenes de la humanidad han estado visitándonos seres galácticos de superior conocimiento que dejaron esas señales.
Las culturas antiguas afirmaban que estos seres fueron sus creadores; quienes les daban instrucciones e incluso citaban que fueron los constructores de colosales edificaciones.
Sin la menor duda desde siempre hemos tenido ayuda celeste para el desarrollo y evolución del planeta Tierra y nosotros, sus habitantes. Los textos antiguos como las tablillas de los sumerios que contenían los poemas de Gilgamesh, textos chinos, japoneses, relatos de indígenas de diversas regiones del planeta y naturalmente las biblias. En sus relatos todos acuerdan que estos seres tenían una estatura superior a la del hombre, medían entre 2.5 a 4 metros, su piel era de diferente color a la del hombre y tenían poderes especiales.
Entre las diversas historias de la creación del hombre, la referencia bíblica dice que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, pero fue tentado por la serpiente y Eva comió del fruto prohibido. El hombre se multiplicó y de las alturas vinieron los annunakis que se hicieron pasar por dioses y tuvieron descendencia con las mujeres de este planeta. Nacieron gigantes a los que se conoce como Nefilim. Esta raza mixta fue de mayor tamaño, eran telépatas y se creían reales. Hablamos de unos 800 mil años atrás.
Pero no fueron los annunakis los primeros en visitarnos, fueron los aadonitas, de quienes nada se sabía y quienes empiezan a interactuar con aquellas primeras formas de vida, no necesariamente humanas pues aún no se habían desarrollado lo suficiente. Los aadonitas, fueron los primeros que nos visitaron cuando apenas había indicios de vida, son anteriores a muchas civilizaciones conocidas y desconocidos para la mayoría de los investigadores de este tema. Luego vino el grupo de raza azul y sólo después vinieron los saurianos.
Se trata de un grupo de altísimo nivel evolutivo, los originales y han estado en la Tierra por eones, por tiempo infinito, sin forma de calcularlo. Se les asignó venir aquí cuando la primera humanidad comenzó su desarrollo y se les adjudicó como tarea implantar la conciencia. Por lo que ellos vienen, inyectan vida y luego otros seres los cuidan, vigilan y protegen el desarrollo de las criaturas vivientes para luego impulsar su evolución y ascenso.
Suena extraño hablar tan limpiamente de estos seres, pero no podemos seguir dudando de su existencia cuando las evidencias arqueológicas abundan en muchas partes del planeta. ¿Cuál es la fuente que me informó? Ellos mismos me lo contaron.
En muchas cavernas y ruinas de miles de años de antigüedad, se han encontrado pinturas y pictografías de platillos voladores. Culturas y civilizaciones de aquellas épocas, nos refieren lo mismo en sus leyendas.
Históricamente, existieron civilizaciones en el pasado con un alto grado de conocimiento tecnológico, espiritual, astronómico. Pero no deberíamos sorprendernos, pues desde los orígenes de la humanidad han estado visitándonos seres galácticos de superior conocimiento que dejaron esas señales.
Las culturas antiguas afirmaban que estos seres fueron sus creadores; quienes les daban instrucciones e incluso citaban que fueron los constructores de colosales edificaciones.
Sin la menor duda desde siempre hemos tenido ayuda celeste para el desarrollo y evolución del planeta Tierra y nosotros, sus habitantes. Los textos antiguos como las tablillas de los sumerios que contenían los poemas de Gilgamesh, textos chinos, japoneses, relatos de indígenas de diversas regiones del planeta y naturalmente las biblias. En sus relatos todos acuerdan que estos seres tenían una estatura superior a la del hombre, medían entre 2.5 a 4 metros, su piel era de diferente color a la del hombre y tenían poderes especiales.
Entre las diversas historias de la creación del hombre, la referencia bíblica dice que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, pero fue tentado por la serpiente y Eva comió del fruto prohibido. El hombre se multiplicó y de las alturas vinieron los annunakis que se hicieron pasar por dioses y tuvieron descendencia con las mujeres de este planeta. Nacieron gigantes a los que se conoce como Nefilim. Esta raza mixta fue de mayor tamaño, eran telépatas y se creían reales. Hablamos de unos 800 mil años atrás.
Pero no fueron los annunakis los primeros en visitarnos, fueron los aadonitas, de quienes nada se sabía y quienes empiezan a interactuar con aquellas primeras formas de vida, no necesariamente humanas pues aún no se habían desarrollado lo suficiente. Los aadonitas, fueron los primeros que nos visitaron cuando apenas había indicios de vida, son anteriores a muchas civilizaciones conocidas y desconocidos para la mayoría de los investigadores de este tema. Luego vino el grupo de raza azul y sólo después vinieron los saurianos.
Se trata de un grupo de altísimo nivel evolutivo, los originales y han estado en la Tierra por eones, por tiempo infinito, sin forma de calcularlo. Se les asignó venir aquí cuando la primera humanidad comenzó su desarrollo y se les adjudicó como tarea implantar la conciencia. Por lo que ellos vienen, inyectan vida y luego otros seres los cuidan, vigilan y protegen el desarrollo de las criaturas vivientes para luego impulsar su evolución y ascenso.
Suena extraño hablar tan limpiamente de estos seres, pero no podemos seguir dudando de su existencia cuando las evidencias arqueológicas abundan en muchas partes del planeta. ¿Cuál es la fuente que me informó? Ellos mismos me lo contaron.