La digitación en música determina la ubicación y las posiciones de dedos y manos que el intérprete ha de adoptar para tocar una pieza en un determinado instrumento musical. Esta digitación suele aparecer anotada a modo de indicación en las partituras, lo cual puede ser útil para el músico aunque no es estrictamente necesario aplicar la digitación impresa. Las manos de cada persona son diferentes y una digitación que resulta adecuada para un ejecutante puede no serlo para otro. Es habitual que la digitación varíe durante el desarrollo de una obra. El desafío de encontrar una buena digitación consiste en lograr que el movimiento de las manos sea lo más confortable posible, evitando esfuerzos innecesarios. Una vez que se ha encontrado una buena digitación se debe utilizar siempre para interpretar la pieza de la misma manera y que los dedos "aprendan a dónde deben ir".1
Por ejemplo en el piano las melodías y los acordes pueden interpretarse mediante distintas combinaciones de dedos. La digitación en este contexto consiste en seleccionar qué dedo se ha de utilizar en cada tecla para cada nota. En instrumentos de tecla, así como en los de viento y los de cuerda, la digitación es parte fundamental de la técnica de interpretación.2
La digitación se fundamenta en una cuestión anatómica y fisiomécánica. Para una buena digitación se han de tener en cuenta los aspectos técnicos generales de cada uno de los instrumentos, pero también entender las peculiaridades físicas de cada instrumentista.
Digitación (técnica)
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La digitación en música determina la ubicación y las posiciones de dedos y manos que el intérprete ha de adoptar para tocar una pieza en un determinado instrumento musical. Esta digitación suele aparecer anotada a modo de indicación en las partituras, lo cual puede ser útil para el músico aunque no es estrictamente necesario aplicar la digitación impresa. Las manos de cada persona son diferentes y una digitación que resulta adecuada para un ejecutante puede no serlo para otro. Es habitual que la digitación varíe durante el desarrollo de una obra. El desafío de encontrar una buena digitación consiste en lograr que el movimiento de las manos sea lo más confortable posible, evitando esfuerzos innecesarios. Una vez que se ha encontrado una buena digitación se debe utilizar siempre para interpretar la pieza de la misma manera y que los dedos "aprendan a dónde deben ir".1
Por ejemplo en el piano las melodías y los acordes pueden interpretarse mediante distintas combinaciones de dedos. La digitación en este contexto consiste en seleccionar qué dedo se ha de utilizar en cada tecla para cada nota. En instrumentos de tecla, así como en los de viento y los de cuerda, la digitación es parte fundamental de la técnica de interpretación.2
La digitación se fundamenta en una cuestión anatómica y fisiomécánica. Para una buena digitación se han de tener en cuenta los aspectos técnicos generales de cada uno de los instrumentos, pero también entender las peculiaridades físicas de cada instrumentista.