Estaban obligados a pagar tributo, tanto de productos como de trabajo personal de acuerdo a turnos (mita). Un gran sector de ellos eran convertidos en mitimaes o mitmaqkunas (gente desarraigadas de su lugar de origen para ser trasladadas a otras provincias) y en yanaconas ("auxiliar" o "ayudante" especialista en artes diversos y que apoyaba al Inca según sus cualidades). El hatunruna iniciaba su servicio al Estado al llegar a la mayoría de edad; de ahí su significado de gente mayor o gente principal. Con su trabajo paciente y abnegado eran los verdaderos forjadores de la riqueza del Estado inca, bajo la dirección acertada de la nobleza. Gracias a los principio de reciprocidad y redistribución implantados por los incas, los hatunrunas tenían asegurados su alimentación, su vestido y su vivienda
se dedicaban a ganaderos
Explicación paso a paso:
Estaban obligados a pagar tributo, tanto de productos como de trabajo personal de acuerdo a turnos (mita). Un gran sector de ellos eran convertidos en mitimaes o mitmaqkunas (gente desarraigadas de su lugar de origen para ser trasladadas a otras provincias) y en yanaconas ("auxiliar" o "ayudante" especialista en artes diversos y que apoyaba al Inca según sus cualidades). El hatunruna iniciaba su servicio al Estado al llegar a la mayoría de edad; de ahí su significado de gente mayor o gente principal. Con su trabajo paciente y abnegado eran los verdaderos forjadores de la riqueza del Estado inca, bajo la dirección acertada de la nobleza. Gracias a los principio de reciprocidad y redistribución implantados por los incas, los hatunrunas tenían asegurados su alimentación, su vestido y su vivienda