Este año se cumple el centenario de la Revolución de Octubre. Los apologistas del capitalismo, y sus fieles ecos en el movimiento obrero, tratan de consolarse con el pensamiento de que el colapso de la URSS significó la desaparición del socialismo. Pero lo que fracasó en Rusia no fue el socialismo sino una caricatura del socialismo. Al contrario de las repetidas calumnias, el régimen estalinista fue la antítesis del régimen democrático establecido por los bolcheviques en 1917.
"Independientemente de lo que se piense del bolchevismo, es innegable que la Revolución Rusa es uno de los mayores acontecimientos de la historia humana, y el gobierno de los bolcheviques un fenómeno de importancia mundial". John Reed, 1 de enero de 1919. (J. Reed, Diez días que estremecieron al mundo).
El colapso de la URSS fue presentado por los defensores del capitalismo como el equivalente a la victoria final de la "economía de libre mercado" sobre el "comunismo”. Hace 25 años esto produjo una ola de euforia entre la burguesía y sus apologistas. Se habló del fin del socialismo, del fin del comunismo e, incluso, del fin de la historia y, desde entonces, hemos presenciado una ofensiva ideológica sin precedentes contra las ideas del marxismo a escala mundial. Esta exuberancia irracional no tuvo límites.
Este año se cumple el centenario de la Revolución de Octubre. Los apologistas del capitalismo, y sus fieles ecos en el movimiento obrero, tratan de consolarse con el pensamiento de que el colapso de la URSS significó la desaparición del socialismo. Pero lo que fracasó en Rusia no fue el socialismo sino una caricatura del socialismo. Al contrario de las repetidas calumnias, el régimen estalinista fue la antítesis del régimen democrático establecido por los bolcheviques en 1917.
"Independientemente de lo que se piense del bolchevismo, es innegable que la Revolución Rusa es uno de los mayores acontecimientos de la historia humana, y el gobierno de los bolcheviques un fenómeno de importancia mundial". John Reed, 1 de enero de 1919. (J. Reed, Diez días que estremecieron al mundo).
El colapso de la URSS fue presentado por los defensores del capitalismo como el equivalente a la victoria final de la "economía de libre mercado" sobre el "comunismo”. Hace 25 años esto produjo una ola de euforia entre la burguesía y sus apologistas. Se habló del fin del socialismo, del fin del comunismo e, incluso, del fin de la historia y, desde entonces, hemos presenciado una ofensiva ideológica sin precedentes contra las ideas del marxismo a escala mundial. Esta exuberancia irracional no tuvo límites.