En el templo había dos “velos” (cortinas): uno estaba frente al altar del incienso, a donde los sacerdotes accedían cada día; el otro separaba la zona reservada a los sacerdotes de la del Santo de los Santos, en el que podía entrar sólo el Sumo Sacerdote una vez al año en el Día de la Expiación. Este último velo fue el que se rasgó.
Respuesta:
En el templo había dos “velos” (cortinas): uno estaba frente al altar del incienso, a donde los sacerdotes accedían cada día; el otro separaba la zona reservada a los sacerdotes de la del Santo de los Santos, en el que podía entrar sólo el Sumo Sacerdote una vez al año en el Día de la Expiación. Este último velo fue el que se rasgó.
Explicación:
DAME CORONITA POR FAVOR