A menudo juzgamos a las personas por la apariencia externa, sin detenernos a pensar que en su interior hay un Potosí que podemos descubrir mediante una relación más armoniosa y de mayor contacto e interacción. Sin proponérnoslo, podemos mostrar ante el prójimo una apariencia agria y desoladora, o, demasiado imponente, pero en el fondo de nuestro ser hay un ser bondadoso e inocente, un niño latente que es fuente inagotable de alegrías y renovadas energías.
Respuesta:
A menudo juzgamos a las personas por la apariencia externa, sin detenernos a pensar que en su interior hay un Potosí que podemos descubrir mediante una relación más armoniosa y de mayor contacto e interacción. Sin proponérnoslo, podemos mostrar ante el prójimo una apariencia agria y desoladora, o, demasiado imponente, pero en el fondo de nuestro ser hay un ser bondadoso e inocente, un niño latente que es fuente inagotable de alegrías y renovadas energías.
Explicación:
¿Corona?