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Siria, Filipinas, Sudán del Sur pero también Somalia, Afganistán y Haití. En el mapa de los lugares dónde la infancia está más amenazada nuevas emergencias se suman a crisis que ya son crónicas y ponen nuevos retos de financiación. Por eso Unicef en su nuevo informe sobre Acción Humanitaria hace un llamamiento para recaudar 2.200 millones de dólares (1.605 millones de euros), el mayor de su historia, para sus acciones sobre el terreno. El objetivo es lograr que las crisis olvidadas no desaparezcan detrás de las más mediáticas. "Unicef, se puede leer en el informe, rozó niveles históricos en ingresos humanitarios en 2013; sin embargo, la financiación se concentró en unas pocas grandes emergencias, mientras otras situaciones permanecieron sin financiación suficiente o incluso sin financiar". Así el 40% de las contribuciones fue para la emergencia en Siria mientras que Malí y Somalia juntos obtuvieron menos de la mitad de financiación. Hoy empezamos, dentro de las emergencias humanitarias más grandes del mundo, y sus graves consecuencias para la infancia según UNICEF, explicando la que se está viviendo en la República Centroafricana. Crisis en la República Centroafricana: En el grave conflicto que asola el país 2,3 millones de niños sufren las consecuencias del mismo y necesitan protección. Los niños se están convirtiendo en víctimas de la violencia y del reclutamiento forzoso, además de sufrir la falta de servicios básicos, alimentos, educación y refugios. François, un niño de 10 años, explica, para un representante de Unicef, que vive en el suelo de la iglesia más grande de la ciudad desde el 5 de diciembre, fecha en la que estalló la violencia en Bangui y casi dos tercios de los residentes tuvieron que huir a uno de los 65 campos de desplazados improvisados. Este niño de 10 años lleva un gran coche de juguete que ha construido en dos días con materiales reciclados –madera, goma, latas y flores de plástico–. Es el único juguete que ellos observan durante su visita, según relatan. El explica a los miembros de UNICEF que lo que más echa de menos de su antigua vida son sus hermanos y su hermana, que huyeron a la selva de las afueras de la ciudad, sus mejores amigos y profesores, que se dispersaron por diferentes campos de desplazados y, también, su escuela. "Echo de menos aprender", dice antes de describir el estado en el que se encuentra su colegio. "Se llevaron el tejado, ya no hay puertas y han robado todo lo que había dentro". Benoit, un joven de 16 años comentaba para UNICEF que está muy emocionado por volver a clase, aunque sea debajo de un toldo de lona en el campo de desplazados. "Siento que estoy olvidando cosas" dijo. Para añadir, "Quiero continuar estudiando y llegar a ser una persona responsable en este país". En el último año los colegios de la República Centroafricana han sido saqueados, ocupados por grupos armados o personas desplazadas y dañados por balas y proyectiles. Todas las escuelas están cerradas en Bangui desde el 5 de diciembre. Durante los últimos dos meses, el conflicto étnico-religoso (entre las milicias anti-Balaka y los excombatientes Séléka) ha dejado al menos 133 niños muertos o mutilados, algunos de ellos de una forma terrible. Son actos que constituyen una grave violación de los derechos de los niños y que, por tanto, deben ser investigados, juzgados y penados con todo el peso de la ley.En la capital del país, Bangui, 2 de cada 3 personas se han visto obligadas a huir y viven como desplazados en 65 refugios cercanos a la ciudad y en famillias de acogida. El número total de desplazados en República Centroafricana es de 825.000 personas, de las cuales al menos la mitad son niños, en un contexto donde la inseguridad alimentaria afecta ya a 1,1 millones de personas. Unicef se propone realizar una amplía campaña de vacunación contra el sarampión y luchar contra una lacra que ha vuelto a aparecer en esta crisis: el reclutamiento de niños soldados. En estos momentos, el número de niños relacionado con grupos armados en el país ha aumentado hasta al menos 3.500, aunque la cifra podría ascender a 6.000. Las tropas extranjeras, entre ellas francesas, para evitar las masacres y el genocidio que vive en el país, no están consiguiendo establecer la paz necesaria para solucionar el problema humanitario.
Hoy empezamos, dentro de las emergencias humanitarias más grandes del mundo, y sus graves consecuencias para la infancia según UNICEF, explicando la que se está viviendo en la República Centroafricana.
Crisis en la República Centroafricana: En el grave conflicto que asola el país 2,3 millones de niños sufren las consecuencias del mismo y necesitan protección. Los niños se están convirtiendo en víctimas de la violencia y del reclutamiento forzoso, además de sufrir la falta de servicios básicos, alimentos, educación y refugios.
François, un niño de 10 años, explica, para un representante de Unicef, que vive en el suelo de la iglesia más grande de la ciudad desde el 5 de diciembre, fecha en la que estalló la violencia en Bangui y casi dos tercios de los residentes tuvieron que huir a uno de los 65 campos de desplazados improvisados.
Este niño de 10 años lleva un gran coche de juguete que ha construido en dos días con materiales reciclados –madera, goma, latas y flores de plástico–. Es el único juguete que ellos observan durante su visita, según relatan.
El explica a los miembros de UNICEF que lo que más echa de menos de su antigua vida son sus hermanos y su hermana, que huyeron a la selva de las afueras de la ciudad, sus mejores amigos y profesores, que se dispersaron por diferentes campos de desplazados y, también, su escuela.
"Echo de menos aprender", dice antes de describir el estado en el que se encuentra su colegio. "Se llevaron el tejado, ya no hay puertas y han robado todo lo que había dentro".
Benoit, un joven de 16 años comentaba para UNICEF que está muy emocionado por volver a clase, aunque sea debajo de un toldo de lona en el campo de desplazados. "Siento que estoy olvidando cosas" dijo. Para añadir, "Quiero continuar estudiando y llegar a ser una persona responsable en este país".
En el último año los colegios de la República Centroafricana han sido saqueados, ocupados por grupos armados o personas desplazadas y dañados por balas y proyectiles. Todas las escuelas están cerradas en Bangui desde el 5 de diciembre.
Durante los últimos dos meses, el conflicto étnico-religoso (entre las milicias anti-Balaka y los excombatientes Séléka) ha dejado al menos 133 niños muertos o mutilados, algunos de ellos de una forma terrible. Son actos que constituyen una grave violación de los derechos de los niños y que, por tanto, deben ser investigados, juzgados y penados con todo el peso de la ley.En la capital del país, Bangui, 2 de cada 3 personas se han visto obligadas a huir y viven como desplazados en 65 refugios cercanos a la ciudad y en famillias de acogida. El número total de desplazados en República Centroafricana es de 825.000 personas, de las cuales al menos la mitad son niños, en un contexto donde la inseguridad alimentaria afecta ya a 1,1 millones de personas. Unicef se propone realizar una amplía campaña de vacunación contra el sarampión y luchar contra una lacra que ha vuelto a aparecer en esta crisis: el reclutamiento de niños soldados. En estos momentos, el número de niños relacionado con grupos armados en el país ha aumentado hasta al menos 3.500, aunque la cifra podría ascender a 6.000.
Las tropas extranjeras, entre ellas francesas, para evitar las masacres y el genocidio que vive en el país, no están consiguiendo establecer la paz necesaria para solucionar el problema humanitario.