almb123
Febo asoma; ya sus rayos iluminan el histórico convento; tras los muros, sordo ruido oír se deja de corceles y de acero; son las huestes que prepara San Martín para luchar en San Lorenzo; el clarín estridente sonó y a la voz del gran jefe a la carga ordenó.
Avanza el enemigo a paso redoblado, al viento desplegado su rojo pabellón al viento desplegado su rojo pabellón.
Y nuestros granaderos, aliados de la gloria, inscriben en la historia su página mejor.
Inscriben en la historia su página mejor.
Cabral, soldado heroico, cubriéndose de gloria, cual precio a la victoria, su vida rinde, haciéndose inmortal.
Y allí, salvo su arrojo, la libertad naciente de medio continente.
¡Honor, honor al gran Cabral! Y allí, salvo su arrojo, la libertad naciente de medio continente.
iluminan el histórico convento;
tras los muros, sordo ruido
oír se deja de corceles y de acero;
son las huestes que prepara
San Martín para luchar en San Lorenzo;
el clarín estridente sonó
y a la voz del gran jefe
a la carga ordenó.
Avanza el enemigo
a paso redoblado,
al viento desplegado
su rojo pabellón
al viento desplegado
su rojo pabellón.
Y nuestros granaderos,
aliados de la gloria,
inscriben en la historia
su página mejor.
Inscriben en la historia
su página mejor.
Cabral, soldado heroico,
cubriéndose de gloria,
cual precio a la victoria,
su vida rinde, haciéndose inmortal.
Y allí, salvo su arrojo,
la libertad naciente
de medio continente.
¡Honor, honor al gran Cabral!
Y allí, salvo su arrojo,
la libertad naciente
de medio continente.
¡Honor, honor al gran Cabral!