Leo el siguiente texto y elaboramos un mapa de ideas.
Durante ciertas épocas del año bajamos la guardia y modificamos nuestras rutinas: cambiamos los horarios de las comidas, los horarios de sueño, etc. Este tipo de conductas ponen a prueba a nuestros mecanismos defensivos, comprometiendo con ello nuestro estado de salud. Por otro lado, el medio ambiente supone un continuo desafío para nuestras defensas: la contaminación, los químicos tóxicos, bacterias, virus y hongos añaden estrés al sistema inmunológico. Muchos son los factores que pueden alterar nuestras defensas; unos no dependerán de nosotros, puesto que son factores internos (enfermedades autoinmunes, cambios estacionales, edades extremas de la vida…), pero existen otros factores externos sobre los cuales sí podemos actuar. 23 Enemigos del sistema inmunológico: Una alimentación desequilibrada, el humo del tabaco, la cafeína, la contaminación ambiental, el estrés, el sedentarismo, el exceso de ejercicio físico Provocan que nuestro organismo y sistema inmunológico se debilite, facilitando el contagio de infecciones a pesar de las principales vacunas (catarros, gripes, cistitis, etc.) y una mayor duración de las mismas. ¿Cuándo debemos sospechar que nuestras defensas están bajas? Hay síntomas que nos pueden dar pistas, como: Pupas en los labios Cansancio mayor de lo habitual Heridas que tardan en cicatrizar Dolores musculares sin haber practicado ejercicio Fragilidad del cabello y uñas El final de las vacaciones estivales es un buen momento para ayudar a nuestro sistema inmunológico a hacer frente a los agentes patógenos que lo atacan. Unas buenas estrategias para aumentar la inmunidad natural las encontramos en la alimentación y el ejercicio físico
Respuesta:
Y no sabes hacer un mapa de ideas es leer y sacar lo mas importante